Uno de los organismos que tiene más prestigio a nivel internacional a la hora de evaluar el gasto público en Defensa a nivel mundial es el Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés). Este calcula que en 2023, última fecha disponible, España gastó cerca de 22.000 millones de euros en Defensa.

La cifra representa, según esta institución, un 1,51% del PIB, un porcentaje al que se ha llegado tras varios años de subida desde el 1,23% de 2019. Es, sin duda, el mayor porcentaje de gasto desde que gobierna Pedro Sánchez. Con todo, palidece ante el 2,94% del PIB y el 2,97% que España dedicó a esta partida en 1983 y 1984, los años inmediatamente posteriores a la entrada del país en la OTAN.

Desde aquel pico, según el SIPRI, el gasto en Defensa poco a poco se fue relajando. En 1986 ya era de un 2,63%, y bajó del umbral del 2% del PIB por primera vez en 1995, hace ahora justo 30 años. La llegada del nuevo siglo trajo consigo bajar del 1,5% del PIB en gasto en Defensa, y los años de la crisis económica sentaron particularmente mal a una partida que tocó suelo en 2016, con un escaso 1,14%.

Ahora, el Gobierno se ha comprometido precisamente a tratar de recuperar ese 2% de gasto en Defensa que en España no se ve al menos desde mediados de los 90. Eso sí, lo hará a la vuelta de un lustro, en 2029. Mientras, esta semana Carlos Cuerpo, ministro de Economía, ha pedido a la UE un esfuerzo para aumentar el presupuesto comunitario en Defensa a través vía deuda.

«Europa tiene que definir, de una vez por todas, la seguridad, su seguridad y su defensa como un bien público. Y si es un bien público europeo, como por ejemplo el Gobierno de España cree que lo es, entonces necesitamos articular mecanismos mancomunados de la UE para poder financiar y aumentar nuestra capacidad de seguridad y de defensa», dijo este lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Su tesis la ha apoyado este miércoles Nadia Calviño, presidenta del Grupo Banco Europeo de Inversiones (BEI). Esta ha declarado que espera doblar las inversiones en seguridad y defensa en toda Europa este año.

La idea no gusta a algunos. Jorg Kukies, ministro de Economía alemán, ha opinado que cualquier incremento presupuestario debe respetar las normas de equilibrio fiscal. Eelco Heinen, el ministro de Economía neerlandés, ha expresado también sus dudas sobre que «más préstamos comunes o más deuda sean el camino a seguir para Europa».

En clave nacional, el Ministerio de Defensa recibirá pronto 400 millones de euros para aumentar las retribuciones de los militares. Sin embargo, la Asociación de Tropa y Marinería de España (ATME) ha calificado este martes de «insuficiente» este incremento, que, dicen, responde solo a las prisas que tiene España por cumplir con Europa.

Baile de cifras

Lo que tiene de particular la contabilidad del SIPRI es que incluye partidas de gastos que los gobiernos tienden a diseminar en sus presupuestos para que parezca que el gasto asociado a la Defensa es menor del que es en realidad. En concreto, el instituto incluye en sus cálculos el dinero dedicado a las pensiones de los militares, las importaciones de armamento, el gasto en fuerzas paramilitares como pueden ser los policías de frontera y la ayuda militar prestada a otros países.

Estas consideraciones explican la diferencia entre los números del SIPRI y los cerca de 11.300 millones de euros recogidos como gasto público en Defensa en los Presupuestos Generales del Estado de 2023, prorrogados a 2024 por la falta de acuerdo parlamentario. Finalmente, dicen estos mismos presupuestos, en 2023 se ejecutaron 2.700 millones más, hasta alcanzar los 14.000 millones de euros. En 2024 la ejecución presupuestaria en Defensa se fue todavía más lejos, por encima de los 17.000 millones de euros, según el Ejecutivo.

Pero las cifras del Gobierno se quedan cortas también con respecto a lo que refleja en sus informes la OTAN, que cifra en unos 19.700 millones de euros el gasto en Defensa de España en 2024, o lo que es lo mismo, un 1,28% del PIB en un contexto en el que la media de los países miembro de la Alianza Atlántica está en un 2,71%.

Según las cuentas de la OTAN, España no es solo uno de los ocho países (de 32) que no llegan al 2% del gasto de Defensa en el PIB, sino que, de hecho, ocupa el último lugar en gasto relativo en Defensa.

Sean cuales sean los números, la hoja de ruta del Gobierno es clara: aumentar el gasto en Defensa al 1,32% del PIB este año para irse por encima de los 36.000 millones de euros y alcanzar ese 2% del PIB durante ese 2029 que conforma por ahora todo horizonte.

Pete Hegseth, secretario de Defensa de EEUU, ya ha advertido de que Europa no podrá contar siempre con la ayuda del ejército estadounidense. Desde la UE, voces como la española opinan que ha llegado la hora de que el viejo continente se tome en serio su propia protección. Pero para eso habrá que recaudar y pagar.

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