Mbappé fue la estrella del Real Madrid – Manchester City. / EFE

El Real Madrid pasma por muchos motivos, entre ellos por su don de la perpetuidad. Vuela Cristiano, da la espantada Benzema, se jubila Kroos, se crujen los defensas dos cursos seguidos… Lo mismo da. El Real parece imperecedero, más tras el contraste con el City. Pep Guardiola afirmó tras el baile en el Etihad y en Chamartín que “nada es eterno”. Un lapso: el Madrid, sí. A la vista está, más allá de los resultados de fin de temporada.

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