El vaso de la diplomacia se ha desbordado este lunes, tras cinco días trepidantes en la política internacional al más alto nivel. Volodímir Zelenski, en un movimiento inédito, ha dado un plantón de última hora a la delegación estadounidense que le esperaba en Arabia Saudí, encabezada por el secretario de Estado Marco Rubio. Los estadounidenses habían prolongado su estancia en Riad precisamente para coincidir con el presidente ucraniano. que tenía desde mañana una visita programada de antemano al país árabe. Pero éste, visiblemente enfadado por el encuentro previo de los emisarios de Trump con Putin, ha suspendido el viaje «para no dar la impresión equivocada», y ha dicho que si quieren verle, les esperará en Kiev.
La deferencia y preferencia estadounidense por Rusia a la hora de perfilar un eventual alto el fuego ha quedado clara desde el principio. Trump llamó primero a Putin, el invasor, y dejó al invadido, Zelenski, para después. Marcaba así el tono de la nueva diplomacia estadounidense: se da prioridad al bando más fuerte, aun a costa de ningunear al aliado. Kiev pasó por alto aquella afrenta y agradeció a Trump la iniciativa. Pero las cuatro horas de reunión entre los responsables de la diplomacia de Estados Unidos y Rusia en Riad (Arabia Saudí) y la promesa de un acercamiento político y económico entre ambos países han terminado de romper la baraja.
Zelenski se siente apoyado en este pulso por la Unión Europea, Reino Unido y Turquía, los países más importantes de la OTAN tras Estados Unidos. Los más relevantes de Europa se han reunido de emergencia este fin de semana en París y han respaldado la idea de “nada sobre Ucrania sin Ucrania”. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha recibido a Zelenski este lunes. Se debe alterar el orden de los factores; primero, Kiev, el aliado, y luego Moscú.
“Ucrania, Europa -en un sentido amplio, y esto incluye a la Unión Europea, Turquía y Gran Bretaña– deberían participar junto con Estados Unidos en las conversaciones y el desarrollo de las garantías de seguridad necesarias que conciernen al destino de nuestra parte del mundo”, ha dicho Zelenski desde Ankara.
Europa respalda a Zelenski. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este martes una nueva reunión de líderes «europeos y no europeos» el miércoles para tratar la situación en Ucrania.
“Si hablamos de negociaciones, es necesario que involucren a Rusia, Ucrania, Europa y Estados Unidos. Es imposible tomar ninguna decisión sin esta configuración al completo”, dice a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Mariana Bezugla, diputada independiente de la Rada ucraniana. “De otro modo, parecerán tan solo negociaciones sobre la mera posibilidad de negociar”.
«Zelenski no ha cancelado el encuentro con Rubio, porque no estaba programado de hecho. Ya se reunió cen Munich con el vicepresidente J.D. Vance», apunta Inna Sovsun, otra diputada ucraniana, del partido Golos.
Giro radical de la relación con Rusia
La nueva Administración Trump quiere acercarse a la Rusia de Putin. La reunión en Arabia Saudí no ha consistido solo en el perfilado de un plan de paz para Ucrania. También se han relanzado las relaciones económicas y diplomáticas entre ambos países. Pretenden aumentar el número de diplomáticos de las delegaciones respectivas en Moscú y Washington. Han establecido equipos para preparar una reunión entre Trump y Putin. Sobre el líder ruso pesa una orden internacional de captura por presuntos crímenes contra la humanidad.
Es la primera vez en tres años en la que hay buen tono entre ambas potencias. Tras la invasión rusa a gran escala Ucrania el 24 de febrero de 2022, Estados Unidos y la Unión Europea aislaron política y diplomáticamente a Rusia y sometieron a sanciones a centenares de personalidades y empresas rusas. Ahora Trump quiere dejar todo eso atrás.
“Hay oportunidades increíbles para asociarse con los rusos”, ha dicho Marco Rubio al final de la reunión con su homólogo ruso Sergéi Lavrov. Rusia promete ganancias de miles de millones de dólares para las empresas de Estados Unidos en petróleo y gas ruso.
Segundo choque Trump-Zelenski
Durante su primer mandato, Trump se mostró muy cercano a Putin en lo personal. En varias ocasiones ha mostrado su admiración por el todopoderoso líder ruso. Por el contrario, a Zelenski le martirizó ya durante su primer mandato. Le llamó personalmente para amenazarle con retirar la ayuda estadounidense a Ucrania si no le ayudaba a buscar pruebas incriminatorias contra el hijo de Joe Biden, Hunter Biden, que tenía negocios en el país eslavo.
Las declaraciones públicas de Zelenski tras la conversación del miércoles pasado con Trump fueron optimistas. “Hagámoslo”, terminaba diciendo el comunicado del presidente ucraniano sobre el inicio de conversaciones de paz.
Pero desde entonces ha habido dos roces importantes. Para empezar, Zelenski ha rechazado el plan que fue a imponer a Kiev el secretario de Estado de Trump, Scott Bessent. Eran casi reparaciones de guerra, un expolio a cambio del dinero que ha entregado Estados Unidos en armas, según la copia del documento a la que ha tenido acceso The Telegraph. En el texto se proponía la creación de un Fondo de Inversión para la Reconstrucción para que Estados Unidos se quede con el acceso a minerales críticos, gas y petróleo, infraestructuras y puertos, por un montante de medio billón de dólares. Estaría regido por la ley de Nueva York. Se pide explícitamente evitar que “países hostiles se beneficien de la reconstrucción de Ucrania”, es decir, las empresas chinas o quizá las europeas.
Este lunes ha llegado el segundo pulso. Zelenski ha cancelado a última hora su viaje a Arabia Saudí para reunirse con la delegación estadounidense. Y ha mandado un mensaje a Trump: son ellos quienes deben ir a Kiev si pretenden negociar la paz en el país. La respuesta del vitriólico presidente de Estados Unidos previsiblemente no tardará en llegar.