Melody. / EPE
Vivo con el miedo en el cuerpo de que, en cualquier momento, aparezca a mi lado Melodía Ruiz Gutiérrez, más conocida como Melody, y me empiece a cantar. Me dan hasta sudores fríos. No fue hasta hace pocas semanas cuando me enteré, para empezar, de que Melodía es un nombre, pero bueno, eso es otra historia y problema mío. De lo que no tengo culpa es de la intensidad con la que vive nuestra candidata a Eurovisión de este año.
España ha decidido que la represente una folclórica del siglo XXI y no dudó en votar en masa por Melody (Dos Hermanas, 1990), una chica que todos conocimos con diez años, cuando lo petó con su disco De pata negra. A lo largo de su vida, un adulto de unos 40 años habrá escuchado una media de doscientas veces los éxitos El baile del gorila o De pata negra. El estudio en cuestión no existe, pero pocos podrán rebatirme esta inventada.
Me contaba mi amigo Juan el otro día, asiduo a recopilar datos que no sirven absolutamente para nada en la vida, que en aquel disco hay un sencillo que habla sobre su perra muerta. Se llama Mi mejor amiga. Supongo que nadie lo sabe porque quién, en su sano juicio, estaría dispuesto a escuchar aquel álbum publicado en 2001. Ni entonces ni ahora. Tengo amigos así.
«Guau, guau pidiéndome caricias / Guau, guau pidiéndome comer / Guau, guau pidiéndome salidas / Guau, guau que tengo algo que hacer». Una auténtica canción de terror en el que el estribillo, no sé por qué, me recuerda a la película Tu madre se ha comido a mi perro.
El común de los mortales perdimos la pista a Melodía después de su primer disco, a pesar de que en cada pista de baile de los salones de celebraciones para bodas, bautizos o comuniones continúan poniendo la matraca del gorila. Ella siempre será nuestra rumbera gracias a El Fary, que la apadrinó y nos la dejó en herencia.
No todo el mundo recuerda que en 2008, Melody y Los Vivancos lanzaron la canción Amante de la luna para participar en el proceso de selección para ir a Eurovisión en 2009. En esa ocasión ganó Soraya Arnelas, que empató a puntos con Melody, que perdió, sin embargo, en el televoto. De aquello sí nos libramos… Espera, que Soraya quedó en el puesto 23, penúltima. No he dicho nada.
Melody siguió publicando discos de éxito menor, por así decirlo. Nos recordó su existencia en 2013, participando en la tercera edición de ‘Tu cara me suena’, que no ganó, pero quedó subcampeona. Y ahí el gran público la perdió de vista de nuevo, aunque siguió trabajando. Esta diva no para.
Cuando anunció que se presentaba al Benidorm Fest, algo me dijo que lo tenía hecho. Por un lado, lleva un tema que se llama Esa diva, que entra solo a buena parte del público que parte el bacalao en estos escenarios, el LGTBIQ+. Por otro, está lleno de referencias a su propia historia, como haría cualquier tonadillera que se precie. Desde que era bien pequeña / Antes de saber andar / Fui del mundo la rumbera / Para mí, era tan normal. La canción es un batiburrillo de chorro de voz, volteretas con bailarines, columpio, una peineta gigante y visuales de lo más hortera. «Una diva es sencilla como un simple mortal», dice. No exactamente, Melodía. Ni es elegante ni pretende serlo, pero así vota España.
Con la candidata elegida, hubo quien pensaría que la sevillana se retiraría a ensayar y pulir su espectáculo para la gran final de Eurovisión, pero antes de eso acudió como invitada a la gala de los Goya. Virgen santísima. Cada vez que se acercaba a un micrófono se ponía a cantar Esa diva, aunque hay que decir que eran los periodistas quienes se lo pedían. Somos de echar a comer aparte. El escándalo fue tal, que el vozarrón de la cantante interfería en las entrevistas que se estaban haciendo a los nominados de la noche.
La actriz Jedet, que tiene mucha guasa, llegó a pedir que se callara: «¿Puede dejar de cantar? ¿No la escucháis? Cada vez que voy a decir una frase sale cantando de algún lado. Es como cuando pospones la alarma y salta otra vez». Melody calló cuando le quitaron los micros.
«Una diva es valiente, poderosa» es uno de los versos de la canción. Pues bien, Salva Reina, ganador del Goya a Mejor actor de reparto por El 47, agradeció a los productores que le dieran voz en la película a las personas que poblaron el distrito de Torre Baró, esa «gente humilde, honorable, valiente, poderosa…». ¿Casualidad? No lo creo. Lo raro es que no repitieran el estribillo todos los ganadores de la noche. O que no saliera Melody a cantar.
Mucha suerte a rumbera. Y que si no gana, que descanse.