El número de autorizaciones de arraigo ha crecido un 500% en la última década en España, un país donde residen siete millones de personas extranjeras. Es el 14% de la población. Pero, pese a que cada año son más, la ciudadanía todavía convive con brechas sociales asociadas al lugar de origen de cada uno. La diferencia de salario entre unas y otras se sitúa en los 10.000 euros anuales. Hay 20 puntos porcentuales de diferencia en el abandono escolar y el sinhogarismo afecta 7,5 veces más a las migrantes.

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