El número de autorizaciones de arraigo ha crecido un 500% en la última década en España, un país donde residen siete millones de personas extranjeras. Es el 14% de la población. Pero, pese a que cada año son más, la ciudadanía todavía convive con brechas sociales asociadas al lugar de origen de cada uno. La diferencia de salario entre unas y otras se sitúa en los 10.000 euros anuales. Hay 20 puntos porcentuales de diferencia en el abandono escolar y el sinhogarismo afecta 7,5 veces más a las migrantes.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha presentado este miércoles los Indicadores de Seguimiento del Marco Estratégico de Ciudadanía e Inclusión contra el Racismo y la Xenofobia con datos sobre los procesos administrativos de Extranjería, el sistema de acogida o los mecanismos de vigilancia, entre otros.
Es en el primero, el ámbito de los procesos administrativos, donde el informe reconoce los avances más significativos. Ha mejorado la regularización administrativa y se han multiplicado por 500% desde 2013 el número de autorizaciones por arraigo, hasta las 240.000. Además, el tiempo medio para obtener la nacionalidad española se ha reducido de 583 días en 2022, a 381 días en 2023. También es el segundo país europeo con más acogidas de personas ucranianas.
Las desigualdades persisten
Con todo, el informe constata que persisten desigualdades en educación, empleo, vivienda y acceso a los servicios públicos básicos como la sanidad. Las personas migrantes usan menos servicios sanitarios, excepto urgencias.
Uno de los terrenos más desiguales es la educación. El abandono de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) es un 20% mayor entre jóvenes extranjeros (31%) que entre españoles (11%), y aunque se matriculan más en Formación Profesional básica, lo hacen menos en grados medios, superiores y universitarios (hasta un 12% menos).
En el ámbito laboral, el informe pone de manifiesto que la tasa de empleo de la población extranjera no UE es casi un 10% menor que la de las personas españolas, mientras que la tasa de desempleo es superior en casi ocho puntos para los trabajadores extranjeros no UE. Además, las personas extranjeras trabajan de media en empleos menos cualificados y peor remunerados y la brecha salarial es superior a los 10.000 euros anuales.
También viven con más los problemas de vivienda. Y eso se traduce en que el sinhogarismo afecta 7,5 veces más a las personas extranjeras. La sobreocupación o saturación de la vivienda afecta a los hogares extranjeros (que no son de la Unión Europea) un 18% más que a los españoles. Además, exponen más problemas medioambientales y sociales en sus barrios, como ruido, escasez de zonas verdes y agua de mala calidad.
Islamofobia
La ministra ha puesto en valor que, pese a la necesidad de implementar planes de integración y convivencia en todas las comunidades autónomas, en 2023, solo seis comunidades autónomas (Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña, Comunidad Valencian y Andalucía) los tenían, y únicamente tres habían puesto en marcha estrategias específicas contra el racismo y la xenofobia.
Además, ha apuntado que los servicios de atención a las víctimas de discriminación en el último año ha crecido un 64%, lo que muestra, según la Saiz, que hay «una mayor sensibilización social y un fortalecimiento» de estos recursos.
Por lo general, la discriminación estructural sigue afectando especialmente a mujeres extranjeras, jóvenes y personas del Norte de África, como se desprende también de la monitorización del discurso de odio que hace mensualmente el OBERAXE. Asimismo, un 34% de los contenidos de odio monitorizados en redes sociales se vinculan con la inseguridad ciudadana. La mayoría (más de 80 %) van dirigidos a personas del Norte de África, afrodescendientes y musulmanes o contra el islam.