Una delegación de judíos sirios llegó a Damasco tras más de 30 años de ausencia, según informó Reuters.
El rabino Joseph Hamra, de 77 años, junto a su hijo Henry, de 48, visitó una sinagoga en la capital siria, donde leyó un rollo de la Torá. Desde la década de 1990, cuando Hafez al-Assad permitió la salida de los judíos del país, no habían regresado.
En el Ministerio de Asuntos Exteriores en Damasco, se reunieron con el viceministro de Asuntos Exteriores sirio. Actualmente, el ministerio es dirigido por autoridades interinas tras la caída del régimen de Assad a finales del año pasado.
El rabino Hamra recordó su partida de Siria. «¿No estábamos en una prisión? Queríamos ver qué había afuera», afirmó. También mencionó: «Todos los que se fueron con nosotros están muertos».
Henry aseguró que el nuevo gobierno sirio garantizará la protección del patrimonio judío en el país. «Necesitamos la ayuda del gobierno, necesitamos la seguridad del gobierno y eso va a suceder», sostuvo.
Durante su recorrido por la ciudad antigua de Damasco, padre e hijo reencontraron a antiguos vecinos, entre ellos árabes palestinos.
Siria, que albergó a decenas de miles de judíos en el pasado, cuenta actualmente con apenas siete miembros de esta comunidad.