Intel vuelve a centrar la atención del mercado. Las acciones de la tecnológica han subido un 16,06% en Wall Street ante el interés de Broadcom en el negocio de diseño y comercialización de chips de la compañía.

En base a la información adelantada por ‘Wall Street Journal’, que cita a personas familiarizadas con el asunto, la empresa estadounidense no sería la única que ha puesto sus ojos sobre Intel, y es que TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) también valora la posibilidad de hacerse en el control de algunas o todas sus fundiciones.

Por el momento, Broadcom y TSMC no están trabajando juntas y, aunque las conversaciones son preliminares y en gran medida informales, de cerrarse un acuerdo, Intel quedaría dividida en dos.

En este sentido, desde el citado medio remarcan que Broadcom ha discutido una posible oferta con sus asesores y que solo la pondrá sobre la mesa si encuentra un socio para el negocio de fabricación de Intel.

TSMC, por su parte, busca formar un consorcio con otros inversores o usar otra estructura para llevar a cabo la operación. No obstante, la compañía puede tener en contra el hecho de no ser estadounidense.

Tras estas noticias, el analista de Bernstein, Stacy Rasgon, ha mostrado su intriga. «Queremos que Broadcom se mantenga alejada de las fábricas, pero nos encantaría ver qué podrían hacer con los productos», ha escrito en una nota recogida por ‘MarketWatch’.

«Algunas de las noticias recientes sobre las inversiones de TSMC tienen más sentido, y aunque el artículo del WSJ sugería que Broadcom y TSMC no están trabajando juntas, probablemente será necesario algún tipo de diálogo cruzado para lograr algo en este caso«, ha añadido.

Para Srini Pajjuri, estratega de Raymond James, sí hay potencial en un hipotético acuerdo con Broadcom, pero cree que las cuestiones regulatorias podrían ser un problema y se cuestiona si lo más sensato para TSMC es operar o comprar fábricas de Intel.

«Suponiendo que la aprobación de China no sea un problema, creemos que el escenario que presenta el mejor resultado para la mayoría de las partes (si no todas) es uno en el que las empresas estadounidenses sin fábrica adquieran una participación accionaria en Intel Foundry, comprometan algunos volúmenes de obleas y la escindan en una unidad separada», ha dicho.

Cabe recordar que Intel ha perdido parte de su posición de dominio en los últimos años en un mercado, el de los semiconductores, cada vez más competitivo. En diciembre del año pasado comunicó la jubilación de su consejero delegado, Pat Gelsinger. La junta directiva del fabricante de chips ya se encuentra en la búsqueda de un nuevo CEO, pero mientras tanto el director financiero, David Zinsner, y el director ejecutivo de productos, Michelle Holthaus, fueron nombrados codirectores ejecutivos interinos.

Asimismo, la tecnológica con sede en Santa Clara perdió 126 millones de dólares en el cuarto trimestre frente a las ganancias de 2.669 millones del mismo trimestre de 2023. En el conjunto de 2024, Intel se anotó unos ‘números rojos’ de 18.756 millones frente al beneficio de 1.689 millones de 2023.

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