El montaje de una exposición es la fase clave en la que el objeto artístico dialoga con el espacio. En este caso, la conversación es heterogénea y habla de los barrios o la identidad insular, su canal es la fotografía y el remitente que aglutina los mensajes multitemáticos de artistas visuales «nóveles» es el Centro de Arte Juan Ismael, en Fuerteventura.
El fotógrafo grancanario Rafael Arocha se encuentra estos días en el espacio para armonizar la puesta en sala de estas 11 declaraciones estéticas que plantea la exposición Habitar una isla. La muestra está compuesta por más de 200 imágenes distribuidas en las dos plantas del edificio ubicado en Puerto del Rosario.
Montaje de la exposición ‘Habitar una isla’ / lp/dlp
Cada proyecto transmite su mensaje de manera independiente y es resultado de la iniciativa majorera incipiente Fleje. La primera edición del curso tuvo lugar durante siete meses de 2024 y está organizada por Arocha, la editorial canaria Margullo Books y el Cabildo de Fuerteventura.
El desarrollo de la mirada autoral retrata Fuerteventura desde diferentes objetivos y métodos, como la inteligencia artificial, el retrato clásico el retrato clásico elaborado en colaboración con colectivos migrantes o el paisajismo. «El conjunto diferente de proyectos es lo que me resulta más interesante, porque esto parte de mirar diferente a las Islas», cuenta Arocha, que en su propio bagaje como fotógrafo se ha interesado por la imagen documental.
Aunque se trata de artistas visuales nóveles, algunos alumnos del curso, como es el caso fotógrafo majorero Carlos de Saá (Tuineje, 1973) y colaborador histórico de LA PROVINCIA/ DLP, ya habían incursionado en anteriores experiencias expositivas. De Saá comenzó su labor profesional como parte del equipo de este periódico en 1999 hasta 2019. En su muestra Vacío (2020) encapsuló a la Fuerteventura confinada. Entre otros de sus últimos trabajos expositivos consta Años de Sal (2024), una mirada histórica al territorio insular con instantáneas de las fiestas del Carmen en Giniginámar o San Miguel en Tuineje. «En esta ocasión, Carlos ha llevado su oficio a una expresión mucho más profunda y ha salido de su zona de confort», apunta Arocha.
En cuanto al resto de fotógrafos, todos responden como personas residentes en Fuerteventura que han desarrollado su labor profesional en la isla. Cada uno de ellos, con mayor o menor experiencia con la cámara, fueron seleccionados para potenciar su talento y encontrar qué es lo que quieren contar con su trabajo. A pesar de sus diferentes orígenes, las 11 miradas de Anna Kuznetsova, Adela Rafaghelli, Lucas Velasco, Celibel Fernández Arocha, Carlos Novella, Enzo Sangiovanni, Daniela Schindler, Irma Gabernet, Carlos de Saá, Laura Gariglio y Marga Bethencourt, comparten una visión crítica del territorio.
En el juego de exposiciones existen «visiones personalísimas y genuinas», como la de Lucas Velasco, el benjamín del curso, que construye una mirada paisajística privada de lo exotizante. «El curso es un facilitador para que las personas que se inscriben en él tengan todas las herramientas para contar de manera honesta y comprometida aquello de lo que quieren hablar», señala el tutor.
¿Qué es ‘Fleje’?
Fleje, más allá de ser una expresión coloquial que otorga identidad al dialecto canario, es un pronunciamiento contra los relatos imperantes que circunscriben la identidad. La iniciativa nació como una extensión natural de Contra el paraíso, un taller laboratorio de creación que se desarrolló en 2020 y que elaboró un relato visual alternativo que confrontase la idealización paisajística desde la colectividad.
El proyecto de modalidad presencial se desarrolló en 25 sesiones semanales, planificadas en siete meses. «Identifiqué que los talleres se quedaban un poco cortos. Falta en la comunidad fotográfica de Canarias es un espacio donde se generen compromisos de trabajo. Nuestra filosofía es permitirnos equivocarnos y divagar», subraya Arocha. El programa estuvo dividido en tres etapas, relacionadas con la iniciación de un proyecto fotográfico, la obsesión, lo biográfico y la intuición; el desarrollo fotográfico, conceptualización y contextualización del proyecto; y por último una fase destinada a la narración de la imágenes para su formalización.
Habitar la isla es la consecuencia de Fleje, una propuesta de Arocha que en 2024 llevó a cabo su edición piloto. Como parte de las acciones de formación, los alumnos recibieron la visita de tres mujeres especialistas de trayectora internacional como la fotógrafa Lurdes R. Basolí; la gestora y comisaria Jessica Murray, directora del apartado de formación de la agencia Magnum Photos; y la investigadora y comisaria Natasha Christia. Las conferencias impartidas por las expertas fueron de carácter público y acompañaron a los alumnos, dotándoles de herramientas y revisando sus portfolios.