La voz de alarma la dieron dos habitantes de Quintanar de la Orden (Toledo), cuando vieron al más controvertido de sus vecinos con dos cachorros de perro en las manos. Uno de ellos sufría heridas considerables en la cabeza; concretamente quemaduras. Cuando le llamaron la atención, él les contestó que no pasaba nada, que los había sometido a un bautismo de fuego porque era importante hacerlo, y que se curaría cuando él le chupase las heridas.
La Guardia Civil del puesto de Quintanar de la Orden ha puesto a disposición judicial a un varón al que se le atribuye un delito continuado de maltrato animal. Los agentes consiguieron rescatar de su finca un total de 17 perros, de diferentes razas y edades, en pésimas condiciones higiénico-sanitarias, algunos de ellos atados permanentemente con diversas cuerdas, según confirmaron fuentes del Instituto Armado. En el lugar de los hechos encontraron, además, numerosos restos de perros ya fallecidos, en diferentes estados de descomposición.
Según han confirmado fuentes vecinales a El Periódico de España, el varón detenido lleva tiempo manifestando extraños comportamientos, relacionados todos ellos con cuestiones rituales. El hombre, que antes residía en el núcleo urbano, estaba radicado en una parcela ubicada en las afueras de la localidad desde que se separó. Allí fue donde los agentes que intervinieron hallaron esta «finca del terror».
Él avisó
Curiosamente, fue él mismo el que avisó a la Guardia Civil. Quería que la Policía Local le devolviese a sus perros. Porque tras el encontronazo con otros vecinos mencionado anteriormente, los testigos optaron por dar el aviso a una patrulla policial. Cuando viron el estado en el que estaban los cachorros, se los retiró. Él tenía el convencimiento de que desde el puesto de la Benemérita le devolverían a los canes.
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Pero lo que hicieron desde la Guardia Civil fue iniciar una investigación, que se desarrolló con celeridad. En menos de una semana obtuvieron la autorización judicial para acometer la entrada a la finca, así como para llevar a cabo la retirada cautelar de todos los animales que se encontrasen en ese recinto y la inhabilitación del hombre para la tenencia de todo tipo de animales al encartado.
El dispositivo policial estuvo compuesto por agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil. Cuando los agentes lograron acceder a la parcela, se encontraron con un panorama dantesco: decenas de animales en estado de deplorable, atados, torturados o marcados con determinadas muescas, producidas por una serie de acciones de carácter ritual a las que los animales eran sometidos.
La intervención, que duró varias horas, concluyó con la detención del responsable y la incautación de 17 perros de diferentes razas, 3 machos adultos, 2 hembras adultas, 5 cachorros de 2 meses y 7 lactantes, entre los cuales muchos presentaban diferentes lesiones o signos del maltrato sufrido. Los perross adultos que se hallaban en libertad huyeron de la finca y a las autoridades les llevó horas recuperarlos. También se incautaron 3 gallinas.
Calaveras rituales
Entre las pertenencias del hombre también se encontraron diversas calaveras y esqueletos. Algunos de estos restos pertenecían a animales que han muerto recientemente, aunque no se ha podido determinar todavía la razón ni para qué utilizaba el detenido dichos restos óseos, porque muchos de ellos estaban colocados de forma bien visible en estructuras de madera que el detenido había construido.
Fuentes vecinales han confirmado a este diario que no era la primera vez que habían visto a este hombre «llevando inciensos, collares extraños o con un montón de perros, que él mismo decía que sometía a una serie de rituales por el propio bien de los animales», y que ya existían sospechas de que los sometía a malos tratos.
Todos los animales recogidos «han sido trasladados con los cuidados necesarios por las protectoras de animales, ANAA (Asociación Nacional Amigos de los Animales) y ALBA (Asociación para la Liberación y Bienestar Animal), Adayra adopciones, Arte canino y Artemican«, han explicado fuentes de la Guardia Civil, que ya ha dado trasladado al Juzgado de Instrucción de Quintanar de la Orden nº 2 el atestado policial de las actuaciones y la identidad del propietario de los animales como supuesto autor de un delito de maltrato animal según se contempla en el Art.340.bis del Código Penal.