Ganaron a Países Bajos, y en Suiza celebraron por fin el billete al Mundial. ¿Cómo lo vivió después de las decepciones de 2019 y 2023 cuando tras clasificarse se quedaron fuera en los despachos, por sendas alineaciones indebidas?
Fue duro, fue duro. Después del partido contra Suiza, al acabarlo, estaba muy feliz, muy contento, pero al mismo tiempo bastante triste. Había muchas emociones, porque también recordaba todo lo que hemos pasado. Yo estuve en los dos ciclos anteriores y pensé en toda la gente que no podía estar en ese momento. Fue un día de muchas emociones.
Tenían en el vestuario una camiseta con los nombres de los que no pudieron estar. Gran gesto.
Sí, la teníamos colgada en el vestuario y siempre ayuda. Pero al final del partido vinieron muchas sensaciones de alegría, aunque también muy duras, porque te recuerdan vivencias que no fueron nada agradables. Ahora ya está, no nos lo pueden quitar.
Lástima que la clasificación no se lograra en la Complutense, en casa, con el campo lleno.
Sí, pero se ha conseguido, y eso es lo importante.
En 2027 habrá dos plazas más para el Mundial. Pero había que ganárselas, aunque lo de ser primeros de grupo con la derrota ante Georgia se ha escapado…
Los cruces, en teoría, hubieran sido más accesibles y, podríamos haber jugado las semifinales en casa, lo cual siempre es un plus. Además, estamos llenando el campo, la gente del rugby español, que también lo ha pasado mal, sigue apoyando después de tantos golpes. Jugar en casa siempre es maravilloso.
Álvar Gimeno con el balón ante Portugal / Walter Degirolmo RFER
¿El Europeo es importante para un mejor bombo de cara al sorteo del Mundial?
No lo sé, porque creo que ahora lo van a hacer por ranking y no quieren que se repita lo del pasado Mundial, cuando en cuartos ya se cruzaron las cuatro mejores selecciones del momento. Creo que lo organizarán de otra manera.
El Mundial será en Australia, muy lejos, pero un país con tradición de rugby. Pero qué pena cuando hace cuatro años lo teníamos al lado, en Francia…
Bueno, sí, también podríamos haber elegido mejor destino, como Nueva Zelanda, pero no nos quejamos. Estamos supercontentos, va a ser una experiencia brutal. Eso sí, hay que trabajar muy duro estos dos años, porque la selección española va a dar un paso muy grande.
Cambio de seleccionador, cambio de presidente… ¿Ha habido un cambio generacional en la selección?
Sí, ha habido un cambio de ciclo muy grande, un cambio generacional importante. Después de lo que pasó, muchos jugadores decidieron no seguir en la selección. Yo mismo me fui un año a Nueva Zelanda a desconectar, y la verdad es que fue una maravilla, porque gracias a esa experiencia volví a tener ganas de jugar al rugby y de regresar. Ha sido un palo muy duro, pero hemos formado un grupo humano excelente.
Y con varios seleccionables valencianos.
Tenemos como valencianos a Nacho Piñeiro, a Vicente del Hoyo que no jugó en este Europeo pero suele estar en las convocatorias, y Pedro Macías en el staff técnico.
¿Cuál debe ser el objetivo realista en el Mundial de Australia?
Dependerá de los cruces que tengamos, pero vamos a prepararnos a tope. Se vienen dos años muy duros, pero la Federación está haciendo las cosas bien, quiere cuidar a los jugadores y preocuparse más por ellos, ofreciéndonos mejores condiciones. Vamos a trabajar para no ir solo a presentarnos, sino para competir con un equipo muy serio y ganar partidos, sin duda.
Creo intuir cuál sería su partido soñado en el Mundial. ¿Nueva Zelanda?
Hombre, jugar contra los All Blacks… Si yo juego contra ellos, ya está, me retiro. Ya me puedo retirar tranquilo. Ya lo habría hecho todo. Estuve allí de pequeño con mis padres, y hace año y medio también. Además, en la gira reciente con la selección por Samoa y Tonga aproveché y cambié los vuelos para quedarme allí unos diez días saludando a mis amigos.
Ha sido siempre un trotamundos. Ha jugado en Francia, Nueva Zelanda… ¿Todo suma para ser un jugador referente?
Sí, son diferentes tipos de rugby y distintas filosofías. Adaptarte a cada ciudad y cultura te abre muchísimo la mente, te hace mejorar y ver cosas que nunca habrías imaginado.
Pero decide regresar a España y jugar en el Ciencias en Sevilla.
En Sevilla mi pareja tenía más posibilidades de encontrar trabajo. Además, tenía amigos que estaban jugando allí. Decidimos volver a España para estar más cerca de la selección y tener más disponibilidad para este cambio de ciclo.
En su caso puede vivir del rugby, ¿pero ha pensado en el futuro?
Soy profesional, pero también tengo estudios. Acabé un máster en gestión deportiva y sigo formándome un poco más. Pero, a día de hoy, soy cien por cien profesional. Y por ahora, solo pienso en el Mundial. Tengo 27 años, llegaría con 29 al Mundial, que es una muy buena edad, y aún quedarían más años de carrera. Pero la vida da muchas vueltas. Ahora solo me planteo el Mundial y prepararlo de la mejor manera posible.
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Álvar Gimeno y Nacho Piñeiro escuchan el himno de la Comunitat Valenciana en Madrid / Walter Degirolmo / RFER
Ha sumado 45 caps contra Georgia, es el jugador con más internacionalidades de la selección. ¿Se considera un referente como lo fue el también valenciano César Sempere?
Sí, César ha sido un referente del rugby valenciano. No pienso en si soy su relevo. No soy una persona muy mediática, pero si llevas tiempo jugando, es normal que la gente te conozca. También estuvo Alberto Socías, que jugó mucho. No te sé decir… Llevo bastantes caps y, con este cambio de ciclo, soy de los más veteranos. Pero mi rol es el que es. Estoy supercontento y creo que aporto al grupo cosas muy buenas.
¿Quién se alegra más de sus éxitos, usted o su padre y su familia?
Yo siempre, sin duda. Me encanta ganar, soy muy competitivo. Mi madre, mi padre y mis amigos son los que siempre están ahí, son esas tres patas que me sostienen y son lo más importante.
¿Le da tiempo a seguir el rugby valenciano?
Sí. De hecho, el Valencia se ha metido en categoría élite y Les Abelles está peleando por mantenerse en División de Honor. Hacía tiempo que no teníamos dos equipos valencianos en División de Honor, La Vila y Les Abelles, y ojalá esto atraiga más inversión y patrocinadores. El rugby español va a ir hacia arriba, sin duda, a partir de ahora.
¿Cómo le afectó la DANA?
Eso fue en octubre, justo dos días antes de que nos concentráramos con la selección para jugar contra Uruguay, Fiyi y EE. UU. Me afectó mucho. Por parte de mi familia, no hubo desaparecidos, solo daños materiales. Y todos los valencianos que pudieron acudieron a ayudar. Piñeiro y yo lo único que pudimos hacer fue poner una camiseta en honor a València y hacer un minuto de silencio con el himno de la Comunitat Valenciana antes del partido con la selección. Me puso los pelos de punta.
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Álvar Gimeno y Nacho Piñeiro con un mensaje a los afectados por la DANA en València / EFE
Y ahora a luchar por el Campeonato de Europa, considerada la segunda división del rugby europeo tras el Seis Naciones.
El Seis Naciones es un coto cerrado, no hay posibilidad de entrar porque son los que tienen dinero. Nosotros jugamos el Europeo. Ojalá algún año, pero está difícil. ¡Hacednos un Bizum! (ríe). El año pasado quedamos terceros tras perder contra Georgia, pero la anterior vez que nos clasificamos para el Mundial quedamos subcampeones. Ahora toca trabajar para mejorar.
¿Se ve en el siguiente Mundial tras el de Australia 2027?
Un Mundial es cada cuatro años, en años impares: 2027, 2031… No recuerdo si la sede del 2031 está decidida. Pero, por ahora, solo me importa el de 2027. Ya pensaré en lo demás después.