La agencia de la ONU para los refugiados palestinos reportó que las fuerzas israelíes allanaron cuatro de sus escuelas en el Este de Jerusalén y ordenaron su cierre.
Israel cortó todos los vínculos con la UNRWA, acusando a la agencia de infiltración por parte de Hamás en Gaza y otros territorios. Según el gobierno israelí, varios miembros de la UNRWA participaron en actos terroristas.
La UNRWA denunció que la policía israelí irrumpió en un centro de formación, disparó gases lacrimógenos y granadas de sonido, y forzó la evacuación del lugar. En ese momento, 350 estudiantes y 30 empleados se encontraban en el Centro de Formación de Qalandiya.
Se ordenó también el cierre de tres escuelas adicionales en el Este de Jerusalén, aunque dos continuaron con la actividad escolar.
Las autoridades israelíes no emitieron declaraciones sobre los hechos de inmediato.
Roland Friedrich, director de la UNRWA en Judea y Samaria y Jerusalén Oriental, calificó las redadas de “violación inaceptable de los privilegios e inmunidades de las Naciones Unidas” y consideró que impiden el derecho a la educación de los niños y estudiantes.