El 0-1 de la ida valió su peso en oro. El botín de Mónaco sirvió al Benfica para pasar la eliminatoria y meterse en los octavos de final, donde se erige en uno de los potenciales rivales del Barça, con el que se ya se midió en la liguilla en un apoteósico partido (4-5). Vivió un vaivén emocional parecido el once portugués, que se vio superado por el Mónaco en el juego. Tal vez aquella experiencia frente a los azulgranas les sirviera para tener el aplomo necesario y aguantar el 3-3 que le clasificaba en el largo tiempo añadido concedido en estadio la Luz.

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