La imagen es de película. Unos cuantos encapuchados cogen fardos de droga de una narcolancha detenida en la orilla. Perfectamente coordinados, hacen una cadena con otros narcos y meten la droga en una furgoneta blanca. No están solos. 

Vigilantes, para que nada ni nadie se atreva a estropear la operación, varios hombres armados con fusiles de asalto. Y no, no es de noche ni operan a oscuras. Actúan a plena luz del día en el Muelle de las Carabelas, situado en la provincia de Huelva.

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