El último año ha estado marcado por dos episodios mortales, trágicos, emocionalmente devastadores pese a todas las diferencias en cuanto a su magnitud, alcance y grado de imprevisibilidad. Un año después del incendio de Campanar del 22 de febrero, que provocó la muerte de diez personas, y con la sociedad valenciana mediatizada por la dana del 29 de octubre (227 fallecidos, tres de ellos aún desaparecidos), las dos heridas profundas que deja el último año permiten extraer conclusiones en cuanto a la gestión política de sendos episodios.
La reacción de Mazón. El president vivió un test de estrés meses después de alcanzar el Palau. Una de las diferencias más evidentes entre ambos episodios es su reacción dispar. A diferencia de la dana, donde se le reprocha la lentitud en incorporarse al centro de operaciones (una dilación que justifica en que estaba informado mientras estaba de comida y no pertenecía al órgano del Cecopi), el día del incendio sí estuvo allí casi desde el minuto cero. A las 19.37 horas, este diario informaba ya de la presencia del ‘president’ en la zona junto a la alcaldesa María José Catalá. Todavía se ignoraba si había víctimas. Antes, a las 18:51 horas, emitió un primer tuit mostrando su consternación por las pavorosas imágenes retransmitidas en directo. Mazón llegó dos horas después de que se declarase el fuego.
Sus reflejos aquel día contrastan con la demora en llegar al 112 de l’Eliana el 29 de octubre, cuando mantuvo su agenda intacta. Llegó más de dos horas después del inicio del Cecopi; cuatro horas después de que se ordenara el despliegue de la UME en territorio valenciano; al final de un día de avisos rojos de Aemet en que todos los medios y las redes estuvieron lanzando imágenes preocupantes. La primera noche, por otro lado, deja dos fotos gemelas: Mazón compartiendo plano ante las cámaras de la televisión pública con el subdirector de Emergencias, el funcionario, Jorge Suárez, informando de los primeros fallecidos. Ocurrió en Campanar y ocurrió en el Cecopi.
La política se vuelca con Valencia: «no nos olviden». Entre las similitudes más evidentes entre los dos episodios emerge una clase política nacional volcada, en correspondencia con la consternación ciudadana que provocó una tragedia retransmitida en directo en todo el país y portada en los diarios de media Europa. Pedro Sánchez, al que se echa en cara su distancia personal con la zona cero de la dana, visitó Campanar un día después, mostró su «empatía» con los afectados, y ofreció todos los recursos al Ayuntamiento de Valencia. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, acudió el segundo día (en la dana se anticipó a Sánchez), acompañado del valenciano Esteban González Pons, para arropar a Mazón y Catalá. Feijóo recibió trato presidencial, con una comparecencia oficial a las puertas del ayuntamiento tras un homenaje. La ministra Diana Morant, líder del PSPV, también estuvo presente aquellos primeros días, una posición que contrasta con la invisibilidad de las primeras jornadas de la dana.
Campanar. Un día después, Pedro Sánchez. Pedro Sánchez visitó la zona del incendio la mañana siguente. Se destacó el clima de colaboración entre administraciones. / Levante-EMV
Unos días después, los reyes visitaron personalmente a los afectados en un clima diametralmente opuesto al desatado en Paiporta la histórica jornada del domingo 3 de noviembre. Todas las autoridades destacaron el trabajo de los equipos de emergencias. El rey se llevó de Valencia un mensaje que también se ha reproducido tras la dana: «No nos olviden».
Consell-oposición: de la unidad a la ruptura. El día de su visita a Campanar, Pedro Sánchez subrayó «el espíritu de colaboración entre las administraciones». En aquella crisis el duelo no se vio contaminado por el barro político: ni la Generalitat, ni el Gobierno, ni el ayuntamiento se vieron lastrados por una gestión pública sujeta al escrutinio público. Fue un drama sin reproches ni relatos de parte. En el primer pleno de las Corts tras el incendio, el socialista José Muñoz renunciaba a las preguntas al jefe del Consell y a los consellers, y ofrecía la «máxima colaboración para reparar el daño a las más de 100 familias afectadas». «Es el momento de demostrar a la sociedad valenciana que somos capaces de aparcar nuestras diferencias para hacer frente a las adversidades», afirmó en un discurso. Mazón aplaudía desde su escaño. La institucionalidad parecía salir reforzada de aquel duelo compartido.
Nada que ver con la batalla de versiones de la dana casi desde el primer día, agitada tras trascender la larga comida del ‘president’ el 29 de octubre. En la primera sesión de las Corts tras la barrancada, la de la comparecencia de Mazón para dar su versión (15 de noviembre), todo terminó en bronca. La líder del PSPV, Diana Morant, ofreció los votos socialistas para reemplazar a Mazón por otro diputado popular.
Mazón-Catalá: 900 metros interminables. La tragedia de Campanar y la gestión de las ayudas a los afectados convirtió en pareja de baile al president Mazón y la alcaldesa. Como crisis capitalina que fue, compartieron la gestión del propio día del incendio, en los homenajes o en los encuentros en el Palau para la gestión de ayudas. Sin embargo, tras la dana la distancia entre el jefe del Consell y la alcaldesa de Valencia (también afectada con intensidad en sus pedanías) ha sido evidente, un silencio atronador en las horas más bajas del president. A pesar de los 900 metros que separan sus despachos (entre la plaza Manises y la del ayuntamiento) apenas han coincidido cuatro veces bajo en público estos meses: una visita de Feijóo a Valencia, el funeral en la catedral, un acto este jueves por un decreto de ayudas y los Premios Jaume I, este viernes. Por contextualizar, en estos meses Mazón se ha visto siete veces con el rey, muy presente en la crisis valenciana.
La relación de las víctimas: cercanía y distancia. Mazón, libre de responsabilidad pública en el incendio de Campanar, se volcó con las víctimas y llevó la iniciativa desde el primer minuto. Allí desplegó el perfil político donde más cómodo parece: la ‘agilidad y la gestión’ frente a ‘la burocracia’. La mañana siguiente del incendio se anunciaron las primeras ayudas. Ese mismo día, el ayuntamiento también ponía a disposición de los afectados un edificio de vivienda social. Cuatro días después, se celebraba un pleno extraordinario para aprobar el régimen de ayudas, que fueron prorrogadas. Es un vía que Mázon también ha reivindicado tras la dana: activando pronto los paquetes de ayuda, yendo al choque con el Gobierno por la gestión de las ayudas estatales, y con una visita incluida a los pisos cedidos a familias de afectados en un edificio de La Torre. El 10 de junio (109 días después del fuego) Mazón recibió en el Palau a afectados por el incendio. Con las de la dana todavía no hay fecha ni expectativa de encuentro.
En torno a las víctima de Campanar también hubo choque político. Mazón, en las Corts, lanzaba un reproche a los socialistas que hoy, tras la dana, adquiere otro sentido: «¿Cómo es posible que la delegada del Gobierno ni les haya recibido? ¿Cómo es posible con los codazos que vimos aquellos días? ¿Cómo tienen ustedes la insensibilidad de no haberles siquiera recibido?», decía entonces. Pilar Bernabé, delegada del Gobierno (y vecina del barrio de Campanar), respondía en tono átono: las palabras del president «rompen con el espíritu, el consenso y agradecimiento que recibimos de todos los ciudadanos».
Pese al rifirrafe, la tensión política nunca se acercó al voltaje de la batalla campal que ha seguido a la DANA. De este último episodio, la propia Bernabé ha emergido como valor al alza en el socialismo valenciano.
![El Palau, 10 de junio de 2024 El president recibe a la Asociación de Residentes Afectados por el Incendio de Campanar (ARDIC), cien días después de la tragedia.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/680417f8-93c8-41df-8eeb-9f804cbfefc8_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
El Palau, 10 de junio de 2024 El president recibe a la Asociación de Residentes Afectados por el Incendio de Campanar (ARDIC), cien días después de la tragedia. / Levante-EMV
Los «héroes». Los efectivos de emergencias recibieron tratamiento de héroes desde los primeros días tras el fuego de Campanar (la gestión está judicializada). También fueron homenajeados dos meses después en las Corts, con motivo del 25 d’Abril. Y también el Nou d’Octubre fueron distinguidos. Uno de los homenajeados fue José Miguel Basset, inspector jefe del Cuerpo Provincial de Bomberos de Valencia, y responsable técnico de la emergencia de la dana. Ahora, sin embargo, las autoridades autonómicas y provinciales están comenzando a marcar distancias con «los técnicos» en decisiones críticas, como el envío de la alerta o la gestión de las primeras horas de la emergencia.