Milei teme un impacto en el Congreso y los mercados del escándalo de la estafa con un activo digital que había promovido

«Ponzigate», «Libragate», «Criptogate», «Memegate». El vocabulario público de los argentinos se ha ampliado este fin de semana a partir de la estafa con un presunto activo digital que tuvo al presidente Javier Milei como entusiasta propagador y, tres horas después, cuando se consumó el timo, en calidad de estadista que no se había «interiorizado» en los pormenores del movimiento que a los creadores de $LIBRA le deparó ganancias calculadas por analistas de mercado en hasta 100 millones de dólares.

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