La trama de sextorsionadores desmantelada esta semana en Valencia, en la mayor operación contra este tipo de ciberdelincuencia llevada a cabo en el país desde hace años, obtenía unos beneficios de cerca de 50.000 euros diarios, según pudieron comprobar los investigadores de la Policía Nacional en el registro realizado en un chalet de Benissa donde la organización criminal tenía una especie de ‘call center’ desde el que llamaban y extorsionaban a víctimas de todo el país, principalmente ciberputeros, como adelantó en exclusiva Levante-EMV. Además de este chantaje a usuarios de teléfonos de sexo virtual de pago, la organización presuntamente liderada en la actualidad por un joven de origen boliviano, Luis M., alias ‘Lucho’, también estafaba a personas que no requerían servicios sexuales, a los que engañaban con el conocido timo del «hijo en apuros».
Según ha podido saber este periódico, solo en las últimas 24 horas antes de su detención dicha trama había logrado recaudar entre varias de sus víctimas un montante total próximo a los 50.000 euros. La cifra evidencia el lucrativo negocio que tenían montado, asumiendo menos riesgos que otro tipo de delincuencia violenta o relacionada con el tráfico de drogas. Además, esta modalidad delictiva en auge cuenta con otra ventaja para los delincuentes, y es que muchas veces los propios afectados se muestran reacios a denunciar por vergüenza y evitar que su entorno conozca las «aficiones» que les llevaron a ser víctimas de la extorsión. De hecho, del cerca de centenar de afectados que aparecen en las intervenciones telefónicas, solo una veintena de ellos llegó a interponer denuncia.
El Juzgado de Instrucción número 20 de Valencia acordó ayer el ingreso en prisión de seis de los 55 detenidos por delitos extorsión, organización criminal y tráfico de drogas. Entre los encarcelados está Luis M., alias ‘Lucho’, el presunto cabecilla de la organización y otros presuntos responsables directos de las sextorsiones. El juez dejó en libertad a los otros 21 arrestados puestos a disposición judicial, entre los que se encuentran los captadores de las’ mulas’. Y la propia policía puso en libertad, con la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando sean citados, a los 28 restantes al tener una participación más residual como ‘mulas’ o testaferros. Los primeros abrían cuentas donde posteriormente recibían el dinero de los puteros extorsionados, y los segundos cedían su identidad para comprar teléfonos, montar empresas o cualquier otra gestión que requirieran los verdaderos extorsionadores.
55 cuentas bloqueadas
Las investigaciones comenzaron en noviembre de 2023 tras una denuncia de uno de los extorsionados presentada en Valencia. Agentes del grupo de Secuestros y Extorsiones de la UDEV central y de Ciberdelincuencia de Valencia se hicieron cargo de las pesquisas. La red hacía creer a sus víctimas que les debían de pagar por los servicios sexuales solicitados a «una de sus chicas» – encuentros que no se llegaban a producir – y por el tiempo que les habían hecho perder. De ahí pasaban a las amenazas con difundirlo a su entorno, y por último les amedrentaban con imágenes de supuestos ‘matones’ del Este, que irían a por sus familiares. Para dotar de credibilidad a las amenazas, les decían datos sobre el colegio al que llevan a sus hijos, su dirección u otras similares, que simplemente habían obtenido rastreando internet y redes sociales.
Dicha organización, con vinculaciones con la que lideraba Facundo B. S., alias el ‘Faku’, –en prisión por otra causa de robo con violencia– había montado un ‘call center’ en un chalet de Benissa desde donde amenazaban a los ciberputeros. También obtenían importantes beneficios con la estafa del «hijo en apuros», solicitando dinero por un supuesto imprevisto desde el teléfono de un amigo. Los pagos que recibían eran enviados a las cuentas a nombre de las ‘mulas’. El juzgado que instruye la causa ha bloqueado un total de 55 cuentas bancarias.
Los investigadores de la Policía Nacional arrestaron esta semana a un total de 55 personas por su presunta relación con esta trama de sextorsionadores. Uno de los objetivos era acabar con el entramado económico que canalizaba las enormes ganancias del grupo. En uno de los registros domiciliarios realizados en València, los investigadores, con la ayuda de la unidad canina con perros especializados en localización de dinero, se incautaron de 70.000 euros.