Durante la Segunda Guerra Mundial, la Armada de EE. UU. planeó la clase Montana, una serie de acorazados más grandes que los Iowa, pero canceló el proyecto.

Los acorazados Montana habrían sido los más grandes de EE. UU.

En la Segunda Guerra Mundial, la Marina de los Estados Unidos desplegó los acorazados más poderosos de su historia, los de la clase Iowa. Sin embargo, se diseñó una serie aún más formidable: la clase Montana, que habría superado en tamaño y armamento a cualquier otro acorazado estadounidense.

El plan incluía la construcción de cinco acorazados Montana, pero la creciente importancia de los portaaviones llevó a la Marina a cancelar el proyecto antes de que comenzara la construcción. Estos buques estaban destinados a ser los más grandes jamás operados por Estados Unidos, con un tamaño y poder de fuego que los diferenciaba de sus predecesores.

En 1940, la flota de combate de la Marina contaba con quince acorazados, muchos de ellos de la Primera Guerra Mundial. La Gran Depresión y los Tratados Navales de Washington y Londres limitaron el gasto en defensa y restringieron el tonelaje de los buques de guerra. Como resultado, solo se construyeron dos nuevos acorazados en la década de 1930.

El inminente conflicto llevó al Congreso a aprobar la Ley de la Marina de Dos Océanos, que autorizó la construcción de siete nuevos acorazados, incluidos dos Iowa adicionales. Sin embargo, los cinco restantes serían de una nueva clase, diseñada sin las restricciones de los tratados anteriores.

Especificaciones y diseño de la clase Montana

Los Montana fueron concebidos como una evolución de los Iowa, con un aumento significativo en tamaño y capacidad de combate. Mientras los Iowa ya excedían el límite de 35.000 toneladas impuesto por los tratados navales, los Montana representaban una transformación radical en el diseño de acorazados.

Las dimensiones de estos buques los habrían convertido en los acorazados más grandes en la historia de la Armada de EE. UU. Cada Montana mediría 289 metros de largo, 18 metros más que los Iowa y los acorazados japoneses de la clase Yamato. Además, su manga alcanzaría los 36 metros, superando los 33 metros de los Iowa.

En términos de desplazamiento, la clase Montana habría alcanzado 70.965 toneladas a plena carga, una cifra comparable a la de los Yamato. Incluso sin carga, su tonelaje se aproximaría al del USS John F. Kennedy, el último portaaviones de propulsión convencional de EE. UU.

Datos clave sobre la clase Montana

  • Desplazamiento: 70.965 toneladas a plena carga.
  • Longitud: 289 metros, 18 más que los Iowa.
  • Manga: 36 metros, 3 más que los Iowa.
  • Velocidad: 28 nudos, impulsados por turbinas de vapor de 172.000 HP.
  • Armamento principal: 12 cañones Mark 7 de 16 pulgadas en cuatro torretas.
  • Comparación con Yamato: Más cañones, aunque de menor calibre.

Un armamento sin precedentes en la Marina estadounidense

El armamento de la clase Montana habría sido el más potente jamás instalado en un acorazado estadounidense. Aunque los Iowa ya contaban con una artillería formidable, los Montana añadirían aún más poder de fuego.

Ambas clases utilizaban cañones Mark 7 de 16 pulgadas, pero mientras los Iowa tenían nueve cañones distribuidos en tres torretas, los Montana contarían con una cuarta torreta, elevando el número total de cañones a doce. Esto significaba un aumento del 25 % en capacidad de fuego en comparación con los Iowa.

Si bien los acorazados japoneses de la clase Yamato montaban cañones de 18 pulgadas, los Montana tenían ventajas estratégicas. Aunque de menor calibre, los cañones Mark 7 eran más ligeros y podían disparar con mayor rapidez, logrando una cadencia de un disparo cada dos minutos.

El fin de la clase Montana y la era de los acorazados

A pesar de su impresionante diseño, los acorazados de la clase Montana nunca se construyeron. La Segunda Guerra Mundial demostró la superioridad de los portaaviones, que podían atacar a distancias mayores y con mayor flexibilidad táctica que los acorazados.

La Marina de los Estados Unidos optó por priorizar la producción de portaaviones y otros buques de apoyo en lugar de seguir adelante con los Montana. Con la guerra en pleno desarrollo, el énfasis se trasladó a unidades más versátiles y capaces de operar en el nuevo escenario bélico dominado por la aviación naval.

Con la cancelación de la clase Montana, los Iowa se mantuvieron como los acorazados más poderosos en servicio en la Marina estadounidense. Finalmente, la evolución de la guerra naval y el avance de las aeronaves sellaron el destino de los acorazados, marcando el fin de una era en la historia militar.

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