El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha anunciado el sábado que se ha negado a firmar un acuerdo con Estados Unidos sobre los minerales ucranianos, alegando que esta clase de trato no vela por los intereses de su país. «En mi opinión, no nos protege«, declaró al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich, añadiendo que dicho acuerdo debería incluir “garantías de seguridad” para Ucrania, pero “todavía no veo este vínculo” entre minerales y protección en el documento, añadió.
Zelenski ha abogado este sábado por la constitución de un «Ejército europeo» como paso siguiente en la defensa de su país contra la invasión rusa y por la protección de sus países frente a amenazas exteriores en medio de dudas sobre el respaldo actual de Estados Unidos.
«Creo sinceramente que ha llegado la hora de crear las Fuerzas Armadas de Europa«, ha manifestado Zelenski durante su intervención en el segundo día de la Conferencia de Seguridad de Múnich que se celebra en la ciudad alemana.
El presidente ucraniano también ha abordado las difíciles conversaciones de incorporación de su país a la OTAN, en particular después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, diera esta semana por imposible la adhesión de Ucrania a la Alianza Atlántica. «No voy a quitar de la mesa la incorporación de Ucrania a la OTAN pero, ahora mismo, el miembro más influyente de la OTAN parece ser Putin, porque sus caprichos parecen estar bloqueando sus decisiones, a pesar de que ha sido Ucrania quien ha parado los pies a Rusia, no un país de la OTAN, ni tropas de la OTAN», ha añadido.
Zelenski ha criticado una vez más que la apertura de un diálogo directo entre Trump y Putin, que representa la posibilidad de que Estados Unidos y Rusia alcancen un acuerdo sobre Ucrania sin la participación de Kiev, algo que el presidente considera inadmisible. «Jamás voy a aceptar ningún tipo de acuerdo que se firme sin nuestra participación y esta misma regla debe aplicarse al resto de Europa», ha declarado Zelenski antes de avisar que Putin tiene la intención última de convertir a Trump en un «elemento más del decorado para su actuación», escondida en un falso aperturismo para negociar.