Un informe del Hudson Institute critica el JCIDS, calificándolo de ineficaz y burocrático. Propone un enfoque más ágil basado en experimentación y prototipos tácticos.
Críticas al sistema de requisitos del Departamento de Defensa
Dos expertos con experiencia en el Pentágono y la industria instan al Departamento de Defensa a eliminar su actual proceso de establecimiento de requisitos y reemplazarlo con un modelo más flexible y descentralizado. En un documento publicado por el Hudson Institute, William Greenwalt y Dan Patt califican el Sistema Conjunto de Desarrollo de Capacidades e Integración (JCIDS) como una estructura burocrática ineficiente.
Greenwalt, exsubsecretario adjunto de Defensa para política industrial y actual miembro del American Enterprise Institute, junto con Patt, exfuncionario de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), argumentan que el JCIDS no aporta valor significativo y está desconectado de las decisiones estratégicas que moldean la capacidad militar de EE. UU.
El JCIDS fue creado en 2003 con la intención de coordinar los requisitos de los diferentes servicios militares. Sin embargo, los analistas sostienen que, en la práctica, ha obstaculizado la innovación y generado intereses burocráticos que frenan el desarrollo de nuevas capacidades.
Impacto negativo del JCIDS en la innovación militar
Según Greenwalt y Patt, el sistema actual ralentiza el desarrollo tecnológico y agrega al menos dos años al proceso de implementación de nuevas capacidades. A pesar de múltiples intentos de reforma en las últimas dos décadas, el JCIDS sigue imponiendo restricciones a los servicios militares al obligarlos a seguir requisitos obsoletos definidos por comités.
Principales problemas del JCIDS según los analistas
- Impone procesos burocráticos extensos que retrasan la adopción de nuevas tecnologías.
- Carece de un mecanismo para eliminar requisitos obsoletos y adaptar estrategias a amenazas emergentes.
- Fuerza a los desarrolladores a cumplir con especificaciones técnicas rígidas antes de probar innovaciones en el campo.
- Fomenta un entorno en el que discusiones sobre formato y definiciones pueden frenar proyectos durante meses.
Los autores afirman que el sistema actual no garantiza la asignación de recursos a requisitos validados y carece de responsabilidad en la identificación y solución de brechas en las capacidades militares.
Propuesta de un modelo alternativo basado en experimentación
Para reemplazar el JCIDS, Greenwalt y Patt proponen una “vía de aceleración operativa conjunta”. Esta estrategia permitiría que cada rama de las fuerzas armadas descubra capacidades útiles a través de experimentación y prototipos en niveles tácticos y operativos.
El nuevo enfoque se basaría en que si una capacidad beneficia a múltiples servicios y justifica un incremento presupuestario, esta sería adoptada de manera más eficiente. Los comandantes combatientes regionales desempeñarían un papel clave en la integración de estas capacidades dentro de los presupuestos militares.
Consecuencias de eliminar el JCIDS
Los analistas sostienen que eliminar el JCIDS permitiría reasignar recursos, tiempo y talento a la innovación genuina y la rápida adaptación tecnológica. Argumentan que el sistema actual fomenta una “tiranía procesal” en la que incluso un solo comentario en el proceso de validación puede retrasar proyectos durante meses.
Además, advierten que la burocracia del JCIDS favorece la acumulación de una lista interminable de requisitos sin una clasificación estratégica clara. Mientras tanto, países adversarios pueden desarrollar y desplegar nuevas tecnologías con mayor rapidez, otorgándoles una ventaja en escenarios de conflicto.
En conclusión, Greenwalt y Patt instan a un cambio radical en el proceso de establecimiento de requisitos del Departamento de Defensa, enfocándose en una estructura más ágil y orientada a la experimentación para garantizar la ventaja militar de EE. UU. en el futuro.
El JCIDS es evitado en procesos de innovación militar
Greenwalt y Patt señalan que la mayoría de las innovaciones en el Pentágono eluden el JCIDS al utilizar mecanismos alternativos como la Necesidad Operacional Urgente Conjunta o programas de adquisición de nivel medio. Estas iniciativas buscan superar el “valle de la muerte” que separa las ideas innovadoras de su adopción formal como requisitos militares.
Los autores destacan que las Oficinas de Capacidades Rápidas han demostrado cómo es posible acelerar el desarrollo sin pasar por el proceso tradicional de validación de requisitos, minimizando además la supervisión burocrática.
Según su análisis, estos métodos tienen éxito porque permiten el liderazgo individual, garantizan financiamiento específico y permiten que los avances técnicos evolucionen con el aprendizaje continuo. En contraste, el JCIDS se enfoca en la generación de documentos administrativos sin impacto real en las capacidades operativas.
Retrasos burocráticos en el proceso JCIDS
Ingresar una nueva necesidad al JCIDS y lograr su validación para el presupuesto es un procedimiento prolongado y complejo. Los tiempos estimados incluyen:
Duración del proceso JCIDS según los autores
- Evaluación de capacidades y revisión del patrocinador: entre 5 y 15 meses.
- Obtención de personal, resolución de disputas y presentación del requisito revisado: 2 a 3 meses.
- Revisión por la Junta de Capacidades Funcionales y el Consejo de Supervisión de Requisitos Conjuntos: 2 a 7 meses adicionales.
- Tiempo total estimado: entre 8 y 25 meses.
Un análisis de programas revisados en 2015 mostró que el proceso tomó un promedio de 17 meses, con casos que oscilaron entre 8,3 y 30 meses.
Propuesta de un enfoque descentralizado basado en experimentación
Greenwalt y Patt descartan cualquier intento de reforma del JCIDS. Afirman que el sistema ha fallado de manera irremediable y que “ningún nuevo Parámetro Clave de Desempeño, cambio en la membresía del comité o presentación en PowerPoint podrá salvarlo”.
En su lugar, proponen un modelo ágil basado en campañas de experimentación y creación de prototipos en escenarios operativos reales. Para ello, sugieren la creación de un fondo específico denominado Reserva de Aceleración Conjunta, destinado a financiar la adopción y expansión de conceptos probados en múltiples servicios.
Mecanismos de ejecución y financiamiento del nuevo modelo
El nuevo enfoque incluiría un centro de ejecución dedicado que realizaría pruebas iterativas en condiciones operativas con personal militar en activo. Este proceso combinaría prototipos comerciales, tecnologías emergentes de laboratorios y sistemas militares existentes, junto con retroalimentación directa de los comandos combatientes.
Si un concepto demuestra su efectividad, recibiría financiamiento de la Reserva de Aceleración Conjunta. Además, los servicios militares tendrían incentivos para seleccionar e invertir en soluciones conjuntas a largo plazo.
El informe respalda la idea de “imperativos operacionales”, promovida por el ex secretario de la Fuerza Aérea Frank Kendall. Este enfoque define desafíos críticos de combate identificados por los comandos combatientes y validados por el liderazgo del Departamento de Defensa.
Finalmente, los autores enfatizan que este modelo permitiría a los innovadores militares probar diversas soluciones sin verse restringidos por estructuras burocráticas inflexibles, facilitando una adaptación más rápida a las necesidades estratégicas del momento.