Seis meses. Este es el tiempo que pasó entre que ERC anunció el 15 de mayo pasado que convocaba un congreso para atajar su crisis interna, hasta que el partido reeligió el 14 de diciembre a Oriol Junqueras como jefe de la formación. Además, a esto hay que añadir que el congreso no culminará del todo hasta el 15 de marzo, cuando los militantes voten la nueva estrategia política del partido. En total casi un año de proceso de renovación interna, una demora que, lejos de poner las bases para salir de la crisis, ha facilitado que se amplificara la guerra entre facciones y también la sensación de interinidad en la organización. Ahora, según ha podido saber El Periódico, la nueva dirección ha emprendido una reforma interna para evitar que esto se vuelva a repetir.

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