El Leganés y el Alavés firmaron un enloquecido empate en Butarque. Un duelo psicológico entre dos equipos con el agua al cuello que dieron espectáculo en el partido del mediodía que se le atragantó a ambas ambiciones. Cuando el conjunto vasco ya se relamía tras ser capaz de invertir dos penaltis, con Jordán como ejecutor de la remontada, Munir salvó un punto para los de Borja Jiménez antes de ser expulsado, VAR mediante, aunque con una toma difusa.
Un partido marcado por el VAR y los cambios
Un empate que a principio de partido era malo, pero que por el modo de conseguirlo supone un alivio. Aunque la lectura en frío invita a un combate nulo que no convence a nadie más que al espectador neutral. El que disfrutó de seis goles y continuas alternancias en el marcador, que no saca del descenso al Alavés ni le permiten al Leganés ampliar su distancia sobre el mismo. La insatisfacción convertida en un partido de fútbol.
El Leganés – Alavés era uno de estos encuentros que, programados para las 14:00, pueden ser indigestos, pero resultó un gran aperitivo para la jornada sabatina. Dos equipos con una necesidad absoluta de puntos para los que estos encuentros marcan tendencia. Duelos decididos por errores del rival, en los que penaliza más lo que falles que lo que consigas. En esta cuerda floja, el conjunto visitante fue el primero en caerse por el precipicio. Diarra abrió en exceso el brazo a gran altura y golpeó el rostro de Nastasic. González Fuertes tuvo que ir al VAR por primera vez. Empezó ahí segundo partido televisado donde las revisiones se dilataron hasta un descuento de más de diez minutos en el primer tiempo.
La clave a la hora de valorar esta pena máxima estuvo en la falta de justificación al mover el brazo por parte del francés, que además se llevó la amarilla. Una acción fortuita que llegó antes del minuto 10 de juego. El encargo de disparar y transformar desde los once metros fue Dani Raba. La losa de las penas máximas que soporta el equipo del ‘Chacho’ Coudet es inmensa. Porque el segundo tanto del Leganés también llegó desde los once metros. Con once penaltis en contra en la temporada 2024/2025, el Alavés es el equipo de las grandes ligas con peores dantos en esta estadística.
Munir, gol y expulsión para salvar un punto
El tanto que supuso el 1-2 fue todavía más discutido. Después de un disparo fuera del área del Leganés, el balón se quedó muerto en el área. El delantero pepinero Diego García se anticipó a Sivera y terminó cayendo. En primera instancia, González Fuertes no determinó el castigo. Hubo incluso una revisión de si había fuera de juego en esta acción. El contacto fue leve y el ariete no estaba en posición de disparar, pero al haber contacto se fijó la infracción. Por fijar una comparación, se trató de una jugada muy parecida a la que desató la polémica en Copa del Rey en el Real Madrid – Celta del Bernabéu con Swedberg y Courtois como implicados. Una acción que determinó la eliminatoria.
Si en el primer penalti Raba envió el balón a la escuadra, en el segundo, con Sivera vencido, lo tiró a la derecha para poner de nuevo en ventaja a los de Borja Jiménez. Antes, en el 25 de la primera parte, Kike García, obrero del gol, igualó la contienda. El delantero aprovechó un centro desde la derecha de Aleñá, refuerzo invernal. El delantero español con más tantos esta temporada -10 en un equipo de la zona baja- la cruzó al palo largo para la primera igualada. La segunda correría a cuenta de Joan Jordan en el tercer penalti del partido. Otra vez brazos extendidos en el área, con Cissé como protagonista, quien golpeó a Aleñá. El ex del Sevilla, uno de los tres cambios que hizo Coudet en el descanso, engañó por completo Dmitrovic.
Jordán le cambió la cara al encuentro, dándole pausa al balón y, sobre todo, poniendo sobre el verde su calidad diferencial. El tanto de la victoria fue una obra magistral derivada de una jugada a balón parado. Una falta lateral sacada desde la derecha en la que el balón le llegó al mediocampista. Desde la frontal, con una maniobra prodigiosa, empaló de primeras para batir a Dmitrovic por tercera vez en el encuentro. Golpe por la escuadra que dejó noqueado al Leganés, quien vio cómo le anulaban un gol por fuera de juego. Casi con el tiempo reglamentario cumplido, Munir, de cabeza, rescató un punto para los locales. Lo que vino después fue una sucesión de empujones y ansiedad que no permitió jugar casi nada del alargue.