Europa va a invertir 309.000 millones de euros en Inteligencia artificial, muy lejos de los 500.000 euros que se propone Estados Unidos, mediante una iniciativa público-privada que parece más un ideal que un plan de acción realista. De momento.
En un intento de posicionar a Europa como líder mundial en inteligencia artificial (IA), se ha puesto en marcha esta semana una ambiciosa iniciativa respaldada por inversiones multimillonarias y el apoyo de gobiernos y empresas de primer nivel.
El punto central de este esfuerzo es la «Iniciativa de Campeones de IA de la UE», impulsada por la firma de inversión global General Catalyst. Este programa busca inyectar 150.000 millones de euros en IA europea durante los próximos cinco años, con el respaldo de 20 inversores clave y el apoyo de grandes corporaciones, firmas de capital de riesgo y startups de IA.
Entre los participantes destacados se encuentran gigantes como Deutsche Bank, la startup de defensa alemana Helsing, la empresa francesa de IA Mistral y el gigante del streaming musical Spotify. Colectivamente, los partidarios de esta iniciativa representan una capitalización de mercado de más de 2,9 billones de euros y una fuerza laboral de 3,7 millones de empleados.
Informe estratégico
La iniciativa se basa en el informe estratégico titulado «Una Agenda Ambiciosa para la IA Europea», que delinea cómo Europa puede aprovechar la IA para impulsar la productividad, fomentar la resiliencia económica y mantener la autonomía estratégica. El informe enfatiza la necesidad de una colaboración radical entre empresas establecidas, proveedores de tecnología de IA y legisladores para desbloquear todo el potencial económico de la IA.
Complementando los esfuerzos del sector privado, los gobiernos europeos también están realizando compromisos significativos. El presidente francés Emmanuel Macron anunció en la cumbre de París celebrada esta semana una inversión de 109.000 millones de euros para el desarrollo de IA en Francia. Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha lanzado InvestAI, una iniciativa para movilizar 200.000 millones de euros de inversión en IA, incluido un nuevo fondo europeo de 20.000 millones de euros para gigafábricas de IA. Esta gran infraestructura de IA es necesaria para permitir el desarrollo abierto y colaborativo de los modelos de IA más complejos y para convertir a Europa en un continente de IA, según la mandataria. En total, estamos hablando de 309.000 millones de euros en inversiones europeas previstas en IA, muy lejos de los 500.000 millones de dólares en los próximos cuatro años que se ha propuesto Estados Unidos con el programa Stargate.
Desafíos pendientes
A pesar de lo que representa el volumen de esta inversión, Europa enfrenta desafíos en la adopción de IA. Solo el 14% de las empresas europeas de software como servicio (SaaS) están generando ingresos o ahorrando costos medibles con IA en producción, advierte el informe The State of European AI in 2025, publicado el mes pasado. IA SaaS se refiere a soluciones de software basadas en la nube que incorporan capacidades de inteligencia artificial y que se ofrecen bajo un modelo de suscripción.
Añade este informe que, aunque Europa se encuentra rezagada más de 12 meses respecto a Estados Unidos en adopción de IA, también continente tiene ventajas únicas, como sólidos marcos de protección de datos y una reputación de tecnología ética y sostenible. Estos puntos fuertes podrían ofrecer un diferenciador único en sectores regulados como salud y finanzas, destacan estos expertos.
Por otro lado, se espera que el panorama de IA en Europa evolucione rápidamente. Para finales de 2025, se proyecta que el gasto europeo en IA SaaS supere los 14.000 millones de euros, según este informe. Además, se anticipa que los chatbots simples evolucionen hacia agentes autónomos que abordan tareas de ventas, soporte y DevOps, cuya implantación se triplicaría en 2025. También se espera que la escasez de talento especializado en aprendizaje automático disminuya gradualmente, concluye el informe.
Limitaciones importantes
A pesar este panorama, el informe de Catalyst que sustenta el compromiso europeo con la IA ha recibido algunas críticas notables. Andrés Pedreño, catedrático de Economía y experto en IA, señala que muestra «un exceso de ambición sin claridad en la ejecución», careciendo de detalles concretos sobre la implementación de sus propuestas. También subestima la dependencia tecnológica de Europa en áreas críticas como chips y computación en la nube. Asimismo, Pedreño destaca una contradicción en el enfoque regulatorio, porque se pide flexibilidad, pero sin renunciar a normativas estrictas. Además, critica la falta de un plan realista para atraer inversión y talento, así como la subestimación de la resistencia al cambio en la industria y el sector público.
«El informe tiene una visión estratégica interesante, pero es demasiado optimista y poco pragmático», concluye Pedreño. «Hay que partir, con honestidad, de la profundidad de las limitaciones estructurales de Europa en tecnología, inversión y regulación, lo que hace que su agenda de IA parezca más un ideal que un plan de acción realista».
No obstante, Pedreño también reconoce aspectos positivos en el informe, como el énfasis en la necesidad de unir esfuerzos entre startups, empresas establecidas y el sector público para acelerar la adopción de IA.