Las autocaravanas y vehículos de más de 2,5 metros de ancho tendrán restringido no solo el estacionamiento o la parada, sino el acceso a las playas y pinadas situadas en el camino del Cabo, en Santa Pola, porque los dos ayuntamientos que lo comparten, Elche y Santa Pola, separados ambos municipios por la ermita, se han puesto en acuerdo en tomar esta medida. De no haber sido así, a través de una acción conjunta, todo el tráfico de estos vehículos habría ido a parar al otro término municipal por aquellos que buscan disfrutar lo más cerca posible de las bondades del mar. Un portavoz de ASEICAR, la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning, aseguró que se trata de una medida discriminatoria, que lo que tienen que hacer los municipios, no solo estos, es regular un sector en crecimiento y buscar soluciones, no imponer prohibiciones.
En la práctica, la medida de impedir el acceso ya está en marcha aunque a medias. La villa marinera comenzó en enero a colocar los carteles disuasorios en sus dos accesos: desde Santa Pola del Este, al oeste; y en el linde con el término ilicitano, en la playa de la ermita, al este. Esta es una medida que su gobierno municipal, presidido por Loreto Serrano, quiere llevar más allá porque pretende evitar también que este tipo de vehículos proliferen fuera de los aparcamientos expresamente autorizados para ello, por lo cual están recordando con señalética la obligatoriedad del cumplimiento de una medida, que posteriormente llevará aparejadas sanciones por los incumplimientos de estacionamiento de todos los vehículos que sobrepasen las dimensiones máximas en un aparcamiento convencional, tanto en el largo como en el ancho. En Santa Pola solo el camping quedaría habilitado para este tipo de vehículos.
Caravanas en el término municipal de Elche, ya no quedan en Santa Pola / Áxel Álvarez
Los usuarios carecen de suficientes puntos de pernocta, recarga o estacionamiento en buena parte del litoral
Hasta ahora, Santa Pola no podía llevar a cabo esta medida porque las competencias del camino del Cabo eran de Tráfico. A finales de 2024 la Dirección General de Tráfico se las cedió, lo que les da ahora la potestad para regular y sancionar, algo que antes era imposible.
Carabassí
Desde la Jefatura Local explicaron que toda aquella caravana o autocaravana que vean circulando o bien estacionada puede ya ser multada. Los primeros resultados de la medida ya se han visto. El diario constató cómo tanto este tráfico de vehículos y su estacionamiento se ha trasladado al término municipal de Elche, a la playa del Carabassí, donde la medida aún no se ha puesto en marcha en el Ayuntamiento ilicitano. Un portavoz municipal ilicitano aseguró que, conocida la decisión de Santa Pola, van a aplicarla también y que, de hecho, los carteles ya se han encargado. Está previsto que dentro de un mes se coloquen. Es decir, de cumplirse esta afirmación en Semana Santa no habrá este tipo de casas rodantes en una zona protegida del litoral que durante años ha soportado no solo un intenso tráfico sino además la pernoctación de sus ocupantes en primerísima línea del mar. Las sanciones previstas rondarán los 200 euros porque se considera una ocupación ilegal como si fuera el estacionar sobre un paso de cebra, por ejemplo.

Caravanas en el linde entre Elche y Santa Pola, bajo el faro / Áxel Álvarez
El sector urge una regulación en vez de prohibición y tacha la medida de discriminatoria
¿Se puede prohibir el acceso al camino del cabo? La Policía Local lo restringe con base en las características del camino y para todos aquellos vehículos que tengan más de 2,5 metros de ancho, una medida que se excepciona para casos de urgencias (ambulancias, bomberos,…).
Tráfico
El Ayuntamiento de Santa Pola era el más afectado porque literalmente todo el camino del faro, en su término municipal, pasa pegado al litoral. Para reducir el tráfico de este tipo de vehículos colocó años atrás enormes piezas de hormigón, en una campaña en colaboración con la Dirección Provincial de Costas, para evitar el aparcamiento por un daño medioambiental, medida que no se ha mostrado disuasoria. La falta de control y al hecho de que los conductores siempre encuentran por dónde acceder, había convertido de nuevo el camino en un rosario de vehículos literalmente acampados y en un fracaso la campaña.
En cambio, en Elche el camino es de interior a excepción en la zona de la ermita donde un enorme solar se había convertido en una campa gratuita y enorme no solo para caravanas y autocaravanas sino para camiones tráiler o autobuses reconvertidos en casas rodantes y que permanecían largas temporadas allí, especialmente en los meses más calurosos del año, sin que consten actuación policial alguna porque no existía posibilidad de evitar esta práctica.

Caravanas en el término municipal de Elche, junto a la playa de La Ermita de Santa Pola / Áxel Álvarez
La actuación de la policía santapolera ha desplazado ya los vehículos al término municipal ilicitano
Aguas grises
Un portavoz del Ayuntamiento de Santa Pola argumentó otro problema añadido, como era el de las aguas grises; es decir, las residuales de estos vehículos que, en algunos casos, terminan en el mar y no se eliminan de forma correcta. Un problema que es cíclico porque las asociaciones de caravanas lo que vienen reclamando de los ayuntamientos no solo son zonas donde poder estacionar sino también el que se ubiquen en distintos puntos del término lugares donde los conductores puedan eliminarlas o bien cargar aguas limpias para continuar su camino. EnSanta Pola el único punto de estas características está en el polígono IN-2.
El vicepresidente de ASEICAR, el ilicitano José Cruz, aseguró que prohibir nunca puede ser la solución ante una realidad de un turismo imparable. «Lo que se necesita es una regulación en la que solo estamos viendo iniciativas por parte de las provincias de interior, donde se están habilitando áreas de estacionamiento y de pernocta, pero en la costa ni hay ni tampoco voluntad para resolver el problema, que es lo que nosotros pedimos. Las autocaravanas necesitan de la existencia de estas áreas y si hubiera estaría muy bien que se sancionara a aquellos que no las utilizan. La realidad que tenemos es que los municipios están mirando para otro lado con estos negocios en los que se están permitiendo su estacionamiento, pero sin ninguna garantía, como si las caravanas fueran chabolas». En Elche, según José Cruz, no hay ni una sola área pese al interés de la iniciativa privada por impulsarlas.
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