Victorino Trejo y Gema Reyes coincidían en los turnos de noche del primer centro logístico que montó Amazon en España, en San Fernando de Henares (Madrid). Él dice que ella le guiñaba el ojo. Ella dice que él le hacía gestos de corazoncitos. En cualquier caso, hace tres años que surgió el amor entre el venezolano, de 47 años, y la madrileña, de 48. Tras trabajar un año en otra nave en Zaragoza, les llegó la noticia de que la multinacional estadounidense abría el centro «OVD1» en Bobes (Siero). Nunca habían estado en Asturias, pero no lo dudaron: entraron en el proceso de selección y fueron admitidos. Hoy viven en Lugones con su hijo y forman una de las numerosas parejas de trabajadores de Amazon en el enclave sierense, que inició su actividad hace medio año.
Hoy, día de San Valentín, es una fecha idónea para recalcar que lo de Victorino y Gema no es un caso extraño. El ambiente laboral –muchas veces fuente de estrés y disgustos– también es propicio para enamorarse. En Amazon y en otras empresas. De hecho, casi la mitad (el 46%) de los asturianos han sentido atracción por un compañero o compañera de trabajo en algún momento, según una encuesta realizada en Asturias por el gigante del comercio electrónico a cuyos resultados ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA.
A la nave de Bobes también llegaron la murciana Irene Muñoz (27 años) y el argentino Joaquín Ureta (34). Él, abogado de formación, aterrizó en España en junio de 2020 para buscar una vida más próspera que la que le ofrecía su país. En diciembre ingresó en el centro de Amazon en Barcelona, donde trabajó hasta septiembre de 2021, momento en el que se trasladó a Murcia para acceder a un puesto como empleado fijo. En una fiesta de Nochebuena de la empresa pudo hablar más largo y tendido con Irene, con quien había coincidido «un poquito» en el cruce de turnos (ella recogía paquetes, él los embalaba). Ambos señalan esa noche tan buena como el origen de su noviazgo.
Casi la mitad de los asturianos han sentido atracción por un colega de trabajo, según la multinacional
Joaquín regresó a Barcelona para desempeñar un nuevo cargo en la compañía, pero la relación se mantuvo a distancia durante un año, con frecuentes visitas a Murcia del bonaerense: «Me había enamorado muchísimo». Hasta que un nuevo destino apareció en el horizonte para unirlos de nuevo. «Yo llevaba queriendo ir a Asturias desde hacía tiempo; nunca había estado allí, pero me encantaba el norte y sabía que no me iba a fallar», recuerda Irene.
Amitai Yugueros, leonés de 33 años, y Rut Godoy, gijonesa de 32, ya eran pareja cuando, en 2015, huyendo del desempleo, se subieron a un coche rumbo a Alemania, como los emigrantes de antaño. Tuvieron suerte: encontraron trabajo en un centro logístico de Amazon cerca de Fráncfort. Aprendieron alemán a toda velocidad («empecé con los días de la semana para que no me multaran el coche», recuerda Amitai) y se establecieron en la cercana localidad de Bad Hersfeld.
En una entrevista realizada en marzo de 2019, Yugueros afirmaba que volvería a Asturias «si se dieran condiciones muy concretas«. Hace un año, eso sucedió. «Cuando vimos que abría el centro de Siero, pensamos que era nuestra oportunidad para volver a casa, y lo hemos conseguido», dice Rut, que ahora mismo está de baja por maternidad: su bebé nació en Alemania, pero ya se cría en Asturias. Antes, a lo largo de los ocho años que ella y Amitai llevaban en Amazon, la pareja siempre había trabajado en el mismo turno, sin separarse ni de día ni de noche. «La gente nos decía: ‘¿Pero no os cansáis de estar todo el día juntos?’ Y nosotros: ‘Al revés, mucho mejor’», asegura Amitai.
Sobre esto último, la encuesta de Amazon arroja conclusiones dispares: solo el 31% de los asturianos preferiría trabajar con su pareja, pero el 56% cree que permite coordinar mejor los tiempos de descanso y ocio.