Podría decirse que el joven piloto llanerense Santi Iglesias Assolari prácticamente nació subido a una moto. Con 11 años recién cumplidos, este pequeño fan de MOTOGP está haciendo historia en un deporte que no se lo pone fácil, ni a él ni a su familia. A su corta edad aspira a seguir los pasos de sus ídolos y ser campeón del mundo, y los primeros pasos apuntan a esa dirección.
Este año correrá el Campeonato FIM de España en la categoría 160 cc con la marca Ohvale. También disputará el campeonato catalán, PROMORACC en el que se impuso en 2024 en la categoría PROMO 2 110 cc como vencedor y subir al podium en varias ocasiones en PROMO 1 160 cc. Este logro de vencedor le ha proporcionado una beca para correr de nuevo en Cataluña.
Además, ya está empezando a entrenar con una moto 4, de más tamaño (con llanta de 17 pulgadas), con motor Honda de 150 centímetros cúbicos, con la que aún no puede competir porque “tiene 11 años cumplidos del día 1 de enero, y por tres horas de diferencia no puede correr con ella. Los niños del 2013 ya pueden, pero él es del 2014”, explica su padre, Eduardo Iglesias.
De momento está entrenando con su nueva montura, y puede que dé el salto internacional. “Tal vez hagamos alguna carrera del Campeonato francés de Superbikes, porque en España por edad aún no es posible”, resume su padre y mayor fan. Un objetivo que se toman con calma, ya que hay carreras que se solapan con los campeonatos españoles y “no puede hacer el campeonato francés completo, por temas logísticos; a lo mejor hacemos dos o tres carreras para que él vaya tomando contacto en circuitos grandes y se vaya haciendo ya a las carreras de otro tamaño”.
El joven piloto, en plena competición / E. I.
Es un mundo complejo y lleno de sacrificios que el joven deportista de Soto de Llanera lleva con mucha ilusión, aunque «yo creo que es necesario más apoyo para este deporte, no sólo en el plano económico sino sobre todo en que se facilitase una instalación, para entrenar con una pista de entrenamiento de asfalto y circuito de motocross, flat track y trial para crear cantera y afición» apunta Eduardo Iglesias. Porque aunque Santi sea un piloto de velocidad, “necesita entrenar en este tipo de circuitos y nos encontramos con que no hay nada, son todo trabas para poder abrir un circuito en cualquier sitio”, lamenta.
Santi es piloto de un equipo murciano y “es una diferencia abismal; los niños allí como en otras regiones como Valencia o Cataluña, tienen escuelas de motociclismo de las diferentes disciplinas , circuitos donde pueden entrenar siempre que lo necesiten”, señala. «Nosotros nos vemos obligados a hacer un esfuerzo enorme para salir fuera de la región, a otras provincias, para poder entrenar”.
Un sacrificio que no obstante asumen con gusto, porque la afición del chaval lo merece. El “culpable” a la sazón de esa afición es su padre, no en vano él fue el que le metió el gusanillo de la moto. La familia “sufre mucho cuando lo ves ahí subido, se pasa mucho miedo”, confiesa. Pero “él manda, él tiene claro que es lo que quiere hacer”. Y los suyos están detrás como una piña para apoyarlo y verle evolucionar como un auténtico campeón sobre dos ruedas.