García Poveda, Manuel Blasco, Francisco Sánchez Sanjuán, Juan Llorens, Sánchez y Juan, y Tomás Almela. / García Poveda
Los amigos artistas del pintor Fernando Sánchez y Juan continuamos reuniéndonos en las antiguas instalaciones de su tienda de arte, Van Gogh, en la calle Porta Xiquica del Salvador. «Un espacio amplio y acogedor extendido en dos plantas, donde se exponen unas 200 obras entre pinturas y esculturas. Mi deseo es que este Centro de Arte permanente se convierta en un futuro en mi legado personal para la ciudad que me vio nacer y sea un atractivo más de su oferta cultural» (Pinceladas de mi vida, libro autobiográfico del pintor presentado en diciembre de 2024).
Nuestras tertulias mensuales son anunciadas en un grupo de WhatsApp y siempre hay asistentes suficientes para pasar juntos una buena tarde antes de cenar cada uno en su casa. De vez en cuando se propone acudir con un cuadro debajo del brazo para tenerlo en exposición durante las tertulias. Todos miramos las obras reunidas con agrado y empatía y de vez en cuando gastamos alguna broma con el fin de requerir un mínimo de información para percibir completamente lo que estamos viendo.
Visto en comparación, hemos conseguido trasladar a las tertulias el ambiente de respeto y buen humor de los velatorios. Aquí los muertos son los cuadros y las esculturas y los artistas somos los amigos. La relajación en las tertulias se complementa con patatas fritas, cocas, vinitos, cervecitas y algún salchichón sorprendente que nos consigue el anfitrión. Tampoco será necesario coincidir demasiado en los temas a tratar para encontrarnos sencillamente bien. Bastará con mirarnos de vez en cuando y sentirnos compañeros de viaje, de sueños y desafíos. Cada cual con su mochila diferente según la edad e historia de vida. Cultivamos la amistad.
En la última tertulia que asistí, una compañera presentó sobre un caballete un tablero con un plátano sujeto con una cinta adhesiva, en clara alusión a Comedian, obra conceptual del artista italiano Maurizio Cattelan (1960) conocido por sus obras polémicas. Por aquellos días la «banana» de Cattelan, creada en 2019, era famosa porque se había vendido en una subasta de Nueva York en casi diez millones de dólares. El comprador, Justin Sun, había adquirido un certificado de autenticidad que lo autorizaba a pegar con cinta adhesiva un plátano a la pared y llamarlo Comediante.
La indignación de todos los asistentes a la tertulia de ese día por tamaña barbaridad fue de aúpa y nos divertimos mucho escuchando las inteligentes y certeras opiniones de cada uno de los presentes. Fue magnífica la contribución de las últimas generaciones de graduados en Arte para situarnos en el reloj histórico del arte contemporáneo y los terrenos de lo conceptual y simbólico. En el arte conceptual el significado que el artista le quiera dar a la obra es más importante que la obra en sí misma.
Según los analistas de la obra de Cattelan, el plátano en la pared es un comentario crítico sobre la mercantilización del arte. En el mundo actual, el arte suele considerarse un artículo de lujo, algo a lo que solo pueden acceder los ricos. El plátano en la pared desafía esta noción al hacer que el arte sea accesible para todos. La última ponencia de ese día dejaba sobre la mesa el fenómeno sociocultural de los urban sketchers (dibujantes urbanos). La proliferación de amantes del dibujo que se reúnen para dibujar en grupo cuanto tienen delante y enseñar los resultados en Internet. Y el recorrido en Elche desde el año 2010 del colectivo Cuadernos Viajeros.

Tertulianos amigos del pintor Fernando Sánchez y Juan, en las antiguas instalaciones de su tienda de arte. / García Poveda
Finalmente, concluimos en buscar cosas que tuvieran sentido para nosotros y ya está. Al final de la reunión, todos nos felicitábamos por seguir manteniéndonos todavía tan antiguos y tan sencillos. Pintando nuestros cuadros a mano éramos más felices que Maurizio Cattelan y Justin Sun juntos.
Como tesoro documental para los historiadores del arte ilicitano traigo al periódico INFORMACIÓN una fotografía de García Poveda tomada en una de las tertulias del año pasado que reúne a un conocido grupo de dinosaurios de la pintura ilicitana. De izquierda a derecha: José García Poveda (76 años ese día); Manuel Blasco Blasco (75 años); Francisco Sánchez Sanjuán (83 años); Juan Llorens Alonso (75 años); Fernando Sánchez y Juan (81 años) y Tomás Almela Parreño (90 años). Todos nos conocimos por los últimos sesenta y primeros setenta del siglo pasado. Almela y Sanjuán expusieron juntos en el primer Grup d’Elx (1965-1969); Poveda, Blasco y Llorens pertenecieron al Grup Art Jove Il.licità (1970-1973); Llorens fue cofundador de Esbart Zero (1987-1999) y Fernando que siempre fue por libre.
Otro posado del mismo año muestra a un grupo de tertulianos enseñando su obra para la historia. De izquierda a derecha: García Poveda, Maribel Durá, Carmen Pérez, Francisco Tripiana, Antonio Pons, Elena Bonet, Inma Vílchez, Lola Martínez, Ángela Meyerhans, Juan Llorens, Salvador Maciá, Emiliano Rodríguez, Fran Rodri, Sánchez Sanjuán y Fernando Sánchez. (El cuadro que sostiene Sánchez Sanjuán es el mío y el que muestro yo es el de él. Un pequeño borderío para liar a nuestros coleccionistas). Continuará… n