El capitán de fragata Enrique Pérez de Tena ha sido durante su carrera militar piloto de helicóptero de la Armada. Tras más de 45 años en las Fuerzas Armadas, quién le iba a decir a este cántabro que encontraría nuevos retos en el estimulante mundo que se le abrió al unirse al Mando Conjunto del Ciberespacio (MCCE). Dice que lo disfruta como si hubiera vuelto a hacer la mili en la Armada. 

Allí, en el MCCE, Pérez de Tena es el responsable de relaciones internacionales y cooperación. La unidad está formada por 400 cibersoldados, conocidos como boinas grises. Libran lo que ellos llaman una «guerra en minúsculas», una batalla silenciosa, digital e invisible, pero con importantes repercusiones en la vida real.

EL ESPAÑOL ha tenido la oportunidad de acceder a este organismo, que tiene su sede en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Se trata de la unidad más joven de las Fuerzas Armadas y depende directamente del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Para 2028, se espera que el número de efectivos aumente a 1.200 militares, 800 más que en la actualidad. Eso se está traduciendo ya en una fuerte inversión presupuestaria: la última inyección pública, en noviembre del año pasado, asciende a 35 millones de euros.

Entre las especialidades que posee el Mando del Ciberespacio se encuentra una en boca de todos en los últimos tiempos: la Inteligencia Artificial. Aunque muchos la perciban como una amenaza, desde las Fuerzas Armadas se ve como una gran oportunidad, como un arma de la que valerse para hacer frente a nuestros adversarios en el ámbito de la defensa y la ciberseguridad.

La protección que llevan a cabo aquí, en la base de Retamares, a las afueras de Madrid, es fundamental. «Estamos en un cambio de era. Tú no eres solo la persona real que yo estoy viendo. Eres tu persona real pero también tu identidad digital. Cualquier cosa que hagas en el mundo digital va a tener consecuencias en el mundo real. Eso ocurre también a gran escala con las grandes potencias», explica Pérez de Tena.


Fachada del Mando Conjunto del Ciberespacio, en la base de Retamares (Madrid).

Cristina Villarino

Desde este centro se dirigen, se coordinan, se controlan y se ejecutan operaciones militares en el ciberespacio. «Nuestros tres cometidos son la defensa, la obtención de inteligencia y la respuesta ante una amenaza», continúa el capitán.

En este organismo se ubica el Centro de Referencia de Inteligencia Artificial del Estado Mayor de la Defensa (EMAD). Creado a finales de 2024, se enmarca dentro de la Jefatura de Sistemas del Ciberespacio. Entre sus principales cometidos está el análisis y la actualización de las nuevas tendencias en IA en el mundo

La ingeniera Icíar, de Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (ISDEFE), está al frente de este equipo. «La iniciativa surge porque la estrategia de IA del Ministerio de Defensa en 2023 dice que tiene que haber una red de centros de referencia. Uno de ellos es este».

«Una IA son líneas de código. Unos y ceros», interviene Pérez de Tena. «Aquí la IA la usamos, por supuesto, aislada de internet. La educamos nosotros con nuestra información».

Un equipo de civiles y militares se encarga de la Inteligencia Artificial. Tienen que estar al tanto de todas las últimas tendencias relacionadas con la IA. Un claro ejemplo de esto es DeepSeek, la nueva tecnología de dudosa calidad con la que China dice querer desbancar a la norteamericana ChatGPT.

El capitán de fragata Enrique Pérez de Tena, responsable de Relaciones Internacionales y Cooperación del Mando Conjunto del Ciberespacio.


El capitán de fragata Enrique Pérez de Tena, responsable de Relaciones Internacionales y Cooperación del Mando Conjunto del Ciberespacio.

Cristina Villarino

Otra de las tareas de este equipo multidisciplinar tiene que ver con la participación en foros, mesas redondas para concienciar a los usuarios del Estado Mayor sobre su uso.  

El vicealmirante Javier Roca Rivero es el comandante del Mando Conjunto del Ciberespacio. «Durante milenios, las guerras se libraban únicamente en el mundo físico, siendo sangrientas, brutales, pero visibles. Ahora, como en Ucrania, la guerra sigue siendo sangrienta y brutal, pero a menudo es invisible, al menos a los ojos de la mayoría. Aunque solo vemos la punta del iceberg, créanme, la gente real sufre, vive o muere como consecuencia de lo que ocurre en el ciberespacio«.

Sistemas de defensa y ataque

El comandante del MCCE defiende la oportunidad que supone aprender a usar la IA como un arma para nuestras Fuerzas Armadas. «En la nueva era digital, los datos son el nuevo petróleo, y el software es el nuevo acero. En este contexto, la IA es equivalente a la electricidad: será difícil imaginar nuestra vida sin ella. Conlleva ciertos riesgos, pero también nos abre la puerta a enormes oportunidades. Y cuanto antes empecemos a usarla y entenderla, mejor».

Por supuesto, Roca Rivero defiende su empleo con cautela. «La IA podrá ser nuestro mayor aliado o nuestra mayor pesadilla, pero lo que tengo claro es que el mayor riesgo de ella es no entenderla y no usarla, pues el enemigo sí lo hará. En el ámbito de la ciberdefensa, la mejor protección contra un ciberataque impulsado por IA es una defensa también basada en IA. No tememos escenarios apocalípticos de ciencia ficción, pero la rapidez en la computación y toma de decisiones que la IA ofrece cambiará las reglas del juego. O incluso el propio juego».

El vicealmirante Javier Roca Rivero, comandante del Mando Conjunto del Ciberespacio.


El vicealmirante Javier Roca Rivero, comandante del Mando Conjunto del Ciberespacio.

MCCE

Desde las Fuerzas Armadas, dice Icíar, se busca «potenciar nuestros sistemas de defensa y ataque con la IA. El atacante lleva usándola mucho tiempo, y al final nosotros tenemos que utilizarla también».

«La IA puede ser utilizada tanto por los defensores como por los atacantes. Su uso puede beneficiar la ciberdefensa, pero también puede ampliar la superficie de ataque si se utiliza con fines maliciosos», interviene el coronel Cordero, también del Mando del Ciberespacio.

Una de las pantallas del Mando Conjunto del Ciberespacio.


Una de las pantallas del Mando Conjunto del Ciberespacio.

Cristina Villarino

«Tenemos un laboratorio para esto», explica Icíar. «Por ejemplo, en la elaboración de deep fakes, estudiamos cómo usarlos en defensa, cómo detectarlos y cómo generarlos.»

Sistemas de Combate

Entre las principales joyas que se están desarrollando y con las que cuentan aquí figura el Sistema de Combate en el Ciberespacio (SCOMCE). Se trata de un sistema de armas en el que el Ministerio de Defensa invirtió hace tres años 80 millones de euros y que funciona como un sistema de combate integrado.

Mesa de algunos de los expertos del Mando Conjunto del Ciberespacio.


Mesa de algunos de los expertos del Mando Conjunto del Ciberespacio.

Cristina Villarino

Su responsable dentro del Mando Conjunto del Ciberespacio, es la teniente coronel Mónica Mateos. «Fundamentalmente, usamos el SCOMCE en la ayuda a la toma de decisiones. Sin embargo, por la cantidad y volumen de información con la que hay que manejarse hoy en día, necesitamos modelos de IA que nos permitan tratar la información disponible para que los mandos tomen las decisiones. Pero al final la decisión está en el comandante. En el humano.».

A pleno funcionamiento, esta capacidad puede neutralizar o minimizar el impacto de ataques cibernéticos y responder a una eventual agresión contra las redes de comunicaciones e información del Estado o sus infraestructuras críticas.

«Es un sistema que tiene que ser capaz de evolucionar. Tenemos que pensar a dos ritmos», dice la teniente coronel Mateos. «Por eso tenemos que ir pensando hacia el futuro, porque si no rápidamente el producto se queda anticuado. Tienes que ver la jugada antes de que suceda. Intentamos pensar siempre hacia adelante».

Este arma cibernética puede ser ofensiva o defensiva, y se puede utilizar ya en operaciones bélicas en el ciberespacio pero también en otras situaciones de guerra híbrida, como la que en los últimos años se ha vivido en Ucrania.

El Mando del Ciberespacio cuenta también con el Centro de Ciberdefensa 5G. En él se investiga y se experimenta para fortalecer y mejorar las capacidades de ciberdefensa en los sistemas que utilicen esa tecnología. Este centro lleva además adosado un laboratorio de IA en el que se aplican diferentes modelos según las necesidades de cada operación.

Origen

El Mando Conjunto del Ciberespacio se constituyó mayo de 2020 como la culminación de un proceso en el que se fusionaron la Jefatura de Sistemas de Información y Telecomunicaciones de las FAS y el Mando Conjunto de Ciberdefensa, que vio la luz en el año 2013. En aquel entonces eran apenas 30 militares de los tres ejércitos.

Icíar es ingeniera de ISDEFE y dirige el Centro de Referencia de IA del MCCE.


Icíar es ingeniera de ISDEFE y dirige el Centro de Referencia de IA del MCCE.

Cristina Villarino

El llamado ciberespacio ha adquirido relevancia en los últimos años a raíz de su relevancia crucial en distintas fases de la guerra en Ucrania. Es conocido como quinto dominio después de la tierra, el mar, el aire y el espacio. 

Tras esa primera fase, Defensa decidió integrar todo lo relacionado con lo espacial, con la guerra electrónica, con los satélites bajo ese nuevo paraguas dentro del Estado Mayor de la Defensa.

Desde el Mando Conjunto señalan que nuestra protección es de las más envidiables de las potencias occidentales en esta materia. Hacen suyas las palabras del director del MI5, el servicio de inteligencia del Reino Unido, quien afirma que las principales amenazas a las que nos enfrentamos provienen el eje constituido estos últimos años por Rusia, China, Irán y Corea del Norte. 

Como ha publicado EL ESPAÑOL, el Centro Nacional de Inteligencia lleva años advirtiendo sobre ello. Y que se está combatiendo una y otra vez en el ámbito del ciberespacio. Para ello los técnicos y expertos del MCCE a veces tienen incluso que tender trampas a los ciberatacantes con el fin de detectar y conocer su comportamiento. 

– Estamos para decirle al ciberatacante: tú entra, yo te dejo que entres. Yo te creo una réplica de mi espacio cibernético aquí y tú, atacante, piensas que entras donde tienes que entrar, porque lo que ves es coherente. Mientras tanto te estoy vigilando, y viendo cómo atacas. Con lo cual estoy preparado para cuando mañana vuelva a pasar.

– ¿Y esto está pasando todo el tiempo?

-Todo el tiempo.

La zona gris es ese espacio en el que se mueven los conflictos de muchas potencias en todo el mundo. Una suerte de rivalidad y una serie de acciones ofensivas que tienen lugar por debajo del umbral de lo que se considera guerra abierta, a medio camino entre el conflicto armado y la disputa diplomática. Esa zona gris existe también en el ciberespacio y es donde se mueven estos especialistas cibernéticos. Es la que da nombre al color de la boina que les caracteriza.

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