Los rocódromos representan una excelente opción para iniciarse en la escalada, porque son espacios seguros, controlados y accesibles para todo el mundo. Además, da igual la edad, la forma física o la experiencia, ya que pueden ser disfrutados por cualquier perfil de aficionado.

Sin embargo, existen ciertos miedos o barreras mentales que frenan a las personas a la hora de probar este emocionante deporte. Vamos a ver algunos de los más comunes y cómo pueden eliminarse practicando escalada en un rocódromo.

Riesgo y vértigo

Son dos de las preocupaciones más habituales cuando se habla de escalada. Es importante recordar que este deporte puede percibirse como una actividad peligrosa, especialmente para quienes no están familiarizados con su práctica. Por ello, los rocódromos son una estupenda opción inicial, ya que refuerzan la sensación de seguridad, al contar la mayoría con distintos sistemas de seguridad como colchonetas, autoaseguradores y la propia vigilancia del personal de los centros, además de proporcionar el equipo necesario como arneses, cascos y pies de gato —calzado especial que mejora la adherencia y agarre mientras se escala—. Estos elementos, utilizados de manera adecuada, reducen significativamente los riesgos asociados a la escalada.

Lo ideal es comenzar poco a poco, de forma progresiva, aumentando la dificultad y la altura a medida que adquieres experiencia. Ayuda que en muchas instalaciones haya entrenadores disponibles para guiarte mientras ganas confianza. Ese avance progresivo también es una eficaz arma a la hora de enfrentar el vértigo. Cuanto más practiques, más fácil será superarlo, ya que tu mente se adaptará al entorno.

Para todo tipo de perfiles

La idea de que este deporte es solo para personas jóvenes o muy atléticas es un mito que debe desmentirse, pues cualquiera puede practicarlo, sin importar la edad o el nivel. De hecho, la flexibilidad, la fuerza y la resistencia mejoran con la práctica, por lo que la escalada representa una fantástica opción para mantenerse activo con el paso de los años.

Asimismo, los rocódromos están diseñados para ofrecer rutas de distintas dificultades, permitiendo adaptar el circuito a cada capacidad física y progresar a tu propio ritmo. Además, es una actividad completa que mejora el equilibrio, la coordinación y la musculatura en general.

Tampoco es un problema la condición física, o más bien la falta de ella. Muchas personas se intimidan al pensar que deben estar en excelente estado para intentarlo, cuando en realidad la escalada es uno de los mejores deportes para desarrollar el tono muscular y activar el metabolismo. Contar con la guía de un supervisor puede ayudarte a perfeccionar los movimientos y avanzar con mayor confianza.

No es necesario tener material al principio

Los rocódromos cuentan con todo el equipo necesario, desde arneses hasta pies de gato. Por eso, si eres principiante, no tendrás que invertir en material; podrás alquilar lo que necesites para probar la actividad sin compromisos. Y si finalmente decides apostar por la escalada, recibirás asesoramiento por parte del personal del centro de escalada sobre la elección del equipo adecuado para comenzar en el deporte por tu cuenta.

En definitiva, los rocódromos son una excelente manera de iniciarse en un deporte apasionante y lleno de beneficios tanto físicos como mentales.

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