Marian Rojas Estapé, una de las divulgadoras más reconocidas en el ámbito de la salud mental, visitó por primera vez ‘El hormiguero’ para compartir sus reflexiones sobre el estado actual de la sociedad y su impacto en el bienestar emocional. La psiquiatra explicó cómo la falta de concentración, la frustración constante y la polarización del pensamiento están directamente relacionados con el deterioro de la corteza prefrontal. “Nos cuesta concentrarnos, prestar atención, nos cuesta tolerar la frustración, nos cuesta profundizar, todo nos molesta”, afirmó, señalando que estos factores afectan tanto a la salud mental individual como a la convivencia social.
Uno de los temas centrales de su intervención fue la influencia de las redes sociales en el cerebro humano, comparándolas con una droga debido a su capacidad para generar adicción. “Las drogas ahora entran por los ojos”, aseguró, alertando sobre cómo la necesidad de gratificación instantánea y la liberación continua de dopamina pueden derivar en comportamientos compulsivos como el abuso de apuestas, pornografía o el consumo excesivo de plataformas digitales. Además, enfatizó que el cerebro recuerda aquello que le calma, le excita o le proporciona placer, lo que hace que las redes sociales se conviertan en una fuente constante de estimulación.
Rojas Estapé también abordó la crisis de atención que atraviesa la sociedad, una problemática que, según ella, se ha agravado con el uso excesivo del móvil y la hiperconectividad. “Estamos en una crisis social de atención”, afirmó, defendiendo la importancia de permitirse el aburrimiento y la desconexión digital para favorecer la introspección y la creatividad. A su vez, advirtió sobre los peligros de vivir en un estado de alerta permanente: “El ser humano no está diseñado para vivir acelerado ni para vivir continuamente en alerta”.
Además, explicó el impacto de la dopamina en el comportamiento humano y cómo su abuso puede generar un círculo vicioso que afecte la estabilidad emocional. “Nos intoxicamos de dopamina. Las dos únicas cosas que dan sentido a la vida son el amor y el trabajo”, declaró, señalando que el cerebro desarrolla tolerancia a este neurotransmisor, lo que lleva a una necesidad creciente de estímulos para evitar la sensación de vacío. Según la psiquiatra, este proceso genera un efecto anestésico que impulsa a las personas a buscar constantemente nuevas fuentes de gratificación.
Para contrarrestar estos efectos negativos, la experta recomendó identificar aquellas actividades que generan bienestar y ayudan a equilibrar la salud mental: “Necesitamos saber qué es aquello que nos desgasta y aquello que nos recarga para aplicarlos. Cosas que nos recargan son el deporte, las relaciones sanas, el aburrimiento, la contemplación, la meditación, la observación, la música, la respiración, los abrazos…”.