Los geckos son unos pequeños reptiles que han llamado la atención de científicos y entusiastas debido a sus notables adaptaciones y comportamientos únicos. Con más de 1.500 especies distribuidas en diversos hábitats alrededor de todo mundo, excepto en la Antártida, estos lagartos nocturnos exhiben una variedad de características que los hacen verdaderamente fascinantes: pueden trepar por paredes lisas, caminar por el techo, son capaces de comunicarse, ven en la oscuridad, se mimetizan con el entorno, tienen un ‘sexto sentido’ y pueden llegar a vivir hasta 20 años, una longevidad inusual entre los reptiles.
Hábiles como Spiderman
Una de las habilidades más destacadas de los geckos es su capacidad para trepar superficies verticales e incluso desplazarse boca abajo en techos. Este fenómeno se debe a las estructuras microscópicas presentes en sus patas, conocidas como lamelas, que están cubiertas por diminutos pelos llamados setas. Estas setas generan fuerzas de Van der Waals, permitiendo a los geckos adherirse a casi cualquier superficie, incluyendo vidrio y otras superficies lisas.
Capaces de ‘hablar’
A diferencia de los demás reptiles, los geckos son capaces de emitir sonidos para comunicarse. Utilizan una gran variedad de vocalizaciones, como chirridos, clics y gruñidos, para interactuar entre ellos. Cada especie posee su propio repertorio de sonidos, que emplean en situaciones de cortejo, defensa territorial o advertencia de peligro.
El diminuto gecko de la isla Unión. / Jacob Bock / FFI
Colas de quita y pon
Cuando se sienten amenazados, muchos geckos pueden desprenderse de su cola en un proceso conocido como autotomía. La cola desprendida continúa moviéndose, distrayendo al depredador y otorgando al gecko la oportunidad de escapar. Con el tiempo, el gecko es capaz de regenerar una nueva cola, aunque esta suele ser más gruesa y menos definida que la original.
Ven en la oscuridad
Siendo principalmente nocturnos, los geckos han desarrollado una visión excepcional en condiciones de poca luz. Ven hasta 350 veces mejor que los humanos. Sus ojos poseen pupilas verticales que les permiten ajustar la cantidad de luz que ingresa, facilitando una excelente visión nocturna. De hecho, ven en color en casi total oscuridad. Esta adaptación es crucial para su supervivencia, ya que les permite cazar eficientemente durante la noche.
Ejemplares fluorescentes
Algunas especies, como el gecko leopardo, tienen bioluminiscencia (son fluorescentes) y brillan bajo luz ultravioleta. Se cree que esto les ayuda a reconocerse entre ellos en la oscuridad.
![Gecko leopardo.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/9a750f1d-fd42-41d3-aaba-74356715745c_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Gecko leopardo. / Pixabay
Maestros del camuflaje
Los geckos exhiben una impresionante variedad de colores y patrones en su piel. Algunas especies tienen la capacidad de cambiar de color para mimetizarse con su entorno, una táctica que les ayuda a evadir depredadores y sorprender a sus presas. Otras especies presentan patrones llamativos que pueden servir para comunicarse o advertir sobre su toxicidad.
Un ‘Sexto Sentido’
Investigaciones recientes han revelado que el Gecko tokay (Gekko gecko) posee un «sexto sentido» que le permite detectar vibraciones de baja frecuencia en el suelo. Este hallazgo sugiere que estos reptiles pueden percibir vibraciones no sonoras a través de estructuras en su oído interno llamadas sáculos, lo que podría desempeñar un papel en su comunicación y percepción del entorno.
Se reconocen por el olor
Estudios han demostrado que los geckos son capaces de reconocer su propio olor, así como el de otros individuos de su especie. Utilizan su lengua para detectar sustancias químicas presentes en el ambiente, lo que les permite identificar territorios y posibles parejas. Esta habilidad indica un nivel de comunicación social más complejo de lo que se pensaba anteriormente en estos reptiles.
![Ejemplar de gecko](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/d849c960-cff9-4552-8dbb-e1776a6f94bc_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Ejemplar de gecko. / Pixabay
Una dieta muy variada
Aunque la mayoría de los geckos son insectívoros, alimentándose de grillos, cucarachas y polillas, algunas especies tienen dietas más variadas. Por ejemplo, el gecko crestado disfruta de frutas tropicales, mientras que otras especies pueden consumir néctar e incluso pequeños vertebrados. Esta diversidad alimentaria refleja su capacidad de adaptación a diferentes hábitats y disponibilidades de alimento.
Soportan temperaturas extremas
Algunos geckos han desarrollado la capacidad de sobrevivir en climas desérticos o incluso fríos. Por ejemplo, el gecko de Madagascar puede soportar temperaturas bajo cero entrando en un estado de letargo.
Una vida muy larga: 20 años
Con el cuidado adecuado, los geckos en cautiverio pueden vivir entre 10 y 20 años, dependiendo de la especie. Algunas especies, como el gecko leopardo, pueden alcanzar hasta 20 años de vida. Esta longevidad, combinada con su comportamiento dócil y apariencia llamativa, los convierte en mascotas populares en todo el mundo.
![Gecko verde.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/79f5958f-4c3a-4c7b-a79e-d9c820291d06_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Gecko verde. / Pixabay
Muy populares como mascotas
A pesar de su adaptabilidad, algunas especies de geckos enfrentan amenazas debido a la pérdida de hábitat y la recolección para el comercio de mascotas exóticas. Y es que gracias a su tamaño manejable, comportamiento dócil y apariencia llamativa, muchas especies de geckos, como el gecko leopardo y el gecko crestado, son mascotas populares.
Pese a todas estas asombrosas características y a su sobresaliente adaptación a casi cualquier ecosistema, los geckos corren peligro. Entre las principales amenazas figuran: la pérdida de hábitat (avance de la urbanización, deforestación y conversión de tierras para la agricultura), el comercio ilegal, las alteraciones ambientales, la introducción de especies invasoras, el uso de pesticidas y la contaminación.