los Philadelphia Eagles se coronan tras humillar a lo bestia a los Kansas City Chiefs (40-22)

Fue una demolición inesperada. Un aplastamiento sin resistencia. Una masacre. Como si una columna de tanques atravesara una finca de chozas desprotegidas. Los Philadelphia Eagles destrozaron a los Kansas City Chiefs, que acudieron a Nueva Orleans con aires de grandeza y se marcharon empequeñecidos y el orgullo malherido. No hubo tercer título consecutivo, no hubo historia. Esta Super Bowl se la apropió desde el principio el equipo que vino a buscar venganza por la derrota de hace dos años. Gloria para los Eagles, que volaron alto en la cita anual del fútbol americano (40-22).

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