Philadelphia vuelve a ser una ciudad de campeones en la NFL. Los Eagles, en una de las mayores exhibiciones que se recuerdan en los últimos tiempos en una Super Bowl, se adjudicaron el segundo trofeo Vince Lombardi de su historia al masacrar a los Kansas City Chiefs de Mahomes (22-40), la gran estrella de la liga, quien firmó un partido para olvidar con hasta dos intercepciones.
Gracias al desempeño de un notable Jalen Hurts en el pocket, MVP de la final, y un monstruoso Josh Sweat en defensa, con 2.5 sacks, la franquicia de Pensilvania dominó, jugó y destrozó a unos Chiefs que no se encontraron sobre el césped y fueron incapaces de proteger a su quarterback, capturado hasta en seis ocasiones. La masacre en defensa fue de época. ‘Philly’ dominó las trincheras y llevó el partido a su terreno hasta coronarse como el nuevo rey de la NFL, consiguiendo así su segundo título de la era Super Bowl desde 2018.
El inicio fue demoledor. Los Eagles dejaron claro que habían venido a imponer su juego sobre el rival y se jugaron un cuarto down en la primera secuencia ofensiva de la tarde. A.J. Brown la atrapó, aunque los árbitros señalaron una clara interferencia ofensiva sobre McDuffie.
Philly suma a base de empujones
Tras casi provocar una intercepción a Mahomes, quien fue perseguido por toda la línea, Philadelphia empezó a mover las cadenas con criterio, percutiendo con Barkley por el centro de la línea y encontrando a Dallas Goedert en la zona underneath. Philadelphia sumó el primer touchdown de la Super Bowl LIX con su clásica jugada de empujón (Tush Push). Firma de Jalen Hurts, muy preciso en estos compases iniciales (0-7).
La secundaria de los Eagles volvió a provocar el segundo punt consecutivo de los Chiefs, incómodos en ataque y sin encontrar a Kelce en sus zonas habituales. JuJu Smith-Schuster no era suficiente. Los pupilos de Sirianni aprovecharon este momentum y siguieron con su buen hacer en ataque. Hurts, con mucho tiempo en el pocket, no encontraba resistencia ante la ausencia de Chris Jones, quien permanecía en el banquillo con claras muestras de dolor en el cuello.
Cooper DeJean hunde a los Chiefs
El primer cuarto se cerró con sensaciones muy favorables para los de Pensilvania, aunque la situación cambió por completo en la reanudación. En un balón profundo, Hurts arriesgó de forma innecesaria y le regaló una intercepción a Bryan Cook. La defensa de Spagnuolo apareció por primera vez y consiguió algo de aire para los Chiefs, aunque la ofensiva seguía inoperante y errática.
En el otro lado, Jake Elliott convirtió exitosamente una patada de 48 yardas para ampliar la distancia a los dobles dígitos (0-10). La presión de la línea defensiva de los Eagles era asfixiante y capturó a Mahomes en dos acciones consecutivas. El quarterback no tenía tiempo para clavar sus pies en el pocket, y de ello se aprovechó el novato Cooper DeJean, de aniversario en Nueva Orleans. El cornerback interceptó a Mahomes y culminó la jugada llevando el ovoide a la zona de touchdown con un pick six (0-17).
Cooper Dejean se escapa con la intercepción a la endzone / AP
Los Chiefs, muy tocados, necesitaban sacar algo positivo con urgencia, pero Williams, con el tercer sack de Philadelphia, volvía a hundir a los de Misuri. Era un abuso en las trincheras. Cuando las cosas parecían no poder ir a peor, un contacto de Joe Thuney sobre su mariscal en la acción de lanzamiento provocó que Mahomes enviara el balón a las manos de Zach Baun en la que era su segunda intercepción consecutiva. Un error que rápidamente fue castigado por la ofensiva de los Eagles con otro touchdown de A.J. Brown (0-24). La distancia era prácticamente insalvable. Tan solo un milagro podía salvar a Kansas, que se fue al vestuario con una distancia que parecía imposible de acortar. Patrick Mahomes, el gran héroe para Andy Reid, disputaba su peor partido como profesional y tan solo sumaba 33 yardas de pase en los primeros treinta minutos.
La sangría no cesa
El guion de la Super Bowl no cambió tras el paso por los vestuarios. En la primera posesión, los Chiefs volvieron a cortocircuitar y despejaron el balón, mientras que Hurts, elusivo y frío, avanzaba a paso firme con sus piernas. Saquon Barkley, de menos a más en Nueva Orleans, por fin lograba marcar diferencias tras una primera mitad algo tímida del recién nombrado Jugador Ofensivo del Año en la NFL. Elliott, con un field goal, ponía más tierra de por medio (0-27).
Acto seguido, Mahomes volvía a estrellarse contra el muro defensivo de Vic Fangio, que forzaba el turnover on downs y ponía el primer clavo en el ataúd de Kansas. El segundo lo puso DeVonta Smith con un touchdown de recepción tras el pase profundo de Jalen Hurts, quien identificó el espacio en la espalda secundaria y lanzó un dardo teledirigido a su compañero (0-34). Los Chiefs vieron algo de luz con el touchdown de Xavier Worthy, pero no consiguieron sumar los dos puntos adicionales (6-34). Los últimos minutos de partido fueron residuales, con todo el pescado ya vendido y los aficionados esperando el pitido final. Tras unos pocos y testimoniales puntos que maquillaron algo el luminoso, Philadelphia sentenció la victoria ante Kansas (22-40) y se convirtió en el nuevo campeón de la NFL. El proyecto de Nick Sirianni desde la banda y de Howie Roseman en los despachos como General Manager ya tiene su ansiado anillo.