REAL SPORTING DE GIJÓN ANA MORÁN ÚLTIMO ADIÓS RIBADESELLA

«Es una pérdida muy sensible para Ribadesella. Un palo», cuentan los vecinos de Ana María Morán López. Muchos en el concejo ya echan de menos a la mujer de «la eterna sonrisa», a quien la muerte le sorprendió el pasado sábado, a los 101 años, en su domicilio, en la calle Comercio, a la altura de la Clínica Sella, en el mismo edificio, «el de Segundo González». Gijonesa del barrio de Cimadevilla, derrochó vitalidad casi «hasta el último día», echando una mano a las amigas, ayudando en el estanco y acudiendo puntual a su cita semanal en la peluquería. Tampoco falló en su sportinguismo, heredado de su padre, Edmundo Morán, exentrenador, exjugador y exdirectivo del Sporting. Una afición, la rojiblanca, compartida con los miembros de la peña sportinguista Pleamar de Ribadesella. Con ellos también vivió «uno de los días más felices» de su vida. Fue en El Molinón.

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