Uno de los momentos más esperados de la gala de los Premios Goya 2025, celebrado este sábado, 8 de febrero, en Granada, ha tenido lugar cuando Aitana Sánchez-Gijón (56) ha recibido el Goya de Honor. La encargada de entregárselo ha sido Maribel Verdú (54). Las dos actrices se han fundido en un abrazo, con beso incluido, digno de ser recordado. No han faltado las lágrimas. Dos grandes artistas del cine español han protagonizado la que será, sin duda, una de las estampas más emotivas de la ceremonia. Todo por un ‘piquito’. Te contamos cómo ha sucedido.
«Nunca me había hecho tanta ilusión entregar un premio, de verdad», arrancaba diciendo la presentadora. Visiblemente emocionada, ha recordado que ambas son amigas desde la infancia. «Nos conocíamos desde que éramos unas niñas. Desde que éramos pequeñas compartíamos el mismo sueño».
«En sus últimos días, Fernando Fernán Gómez lamentaba no haberle dicho a la gente que quería hasta qué punto la quería. Yo contigo esta noche no me pienso quedar con las ganas. Te quiero porque eres luz y talento», continuaba diciendo, rota en llanto. Tras una pausa, proseguía: «Te quiero porque eres la compañera perfecta, cómplice y leal… porque cuando sale la gansa que llevas dentro no puedo dejar de reír contigo».
A Maribel Verdú, tan acostumbrada a pronunciar textos, le costaba hablar sin romper en lágrimas. Con la voz quebrada, concluía un discurso que no solo la ha conmovido a ella, también a los asistentes y a quienes han visto la gala desde la televisión.
«Pero este Goya de Honor no te lo dan por lo que yo te quiero sino por lo que te quiere y te admira la gente. Haces que nuestro país sean mejores, llevas 40 años en la élite de un mundo en el que resistir más de un rato es un completo milagro, de verdad. Así que, Aitana, este para mí no es un Goya de honor, es un Goya de amor», terminaba.
Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón en la gala de los Goya 2025.
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Aitana recibía el galardón feliz. No sin antes fundirse en un beso con «su amiga del alma». Estaba radiante, con un vestido de Carolina Herrera. «Sabes que era un sueño para mí recibir este Goya de tu mano», le ha dicho a Verdú. La ovación en pie del público en el Palacio de Congresos de Granada sonaba con fuerza.
En su discurso, Aitana Sánchez-Gijón ha hecho un repaso por toda su trayectoria profesional, desde «los teatros de toda España». Así comenzaba su discurso: «La niña que empezó a ir a clases de teatro y en la epifanía que sintió de que ese mundo de juego, fantasía y creación podía ser un modo de vida».
«Amo tanto esta profesión que disfruto más del trabajo de mi profesión que del mío propio», seguía diciendo. Ha recordado al director Bigas Luna y a las «cuatro únicas directoras» con las que ha trabajado, entre ellas Patricia Ferreira, recientemente fallecida. «Por suerte están cambiando las cosas y hoy sois muchas más, iba siendo hora, compañeras».
Agradecimiento a su madre
Asimismo, ha destacado que en su pasión por el séptimo arte ha sido «precoz». Ha agradecido a sus hijos, Teo y Bruna, fruto de su relación con Guillermo Papin Luccadane. También ha hecho una mención especial a su madre: «Eres el motor de mi vocación, mi gran cómplice. Sin tu apoyo, respeto y confianza no habría sido posible».
Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón.
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Especial hincapié ha hecho en el valor del séptimo arte: «El cine es un empeño colectivo. Remamos siempre juntos pese a nuestras diferencias. Todo para contar historias que sirvan como punto de encuentro. No hay que tener miedo a la cultura, hay que tener miedo a la ignorancia, al fanatismo, a la guerra. Me gustaría añadir que hay que tener miedo a los nuevos imperialismos y las limpiezas étnicas».
Son casi 40 años de trabajo los que avalan la carrera cinematográfica de la intérprete, quien consiguió la Concha de Plata a la mejor actriz del Festival de San Sebastián por Volavérunt, de Bigas Luna. Su primera nominación a los premios Goya fue por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar.