A estas alturas de la película ya no sorprenden los giros de guión propios de la Liga Hypermotion. Partidos trampa ante rivales del otro extremo de la clasifiación, que acaban escapándose por detalles, dejando puntos por el camino que, a la postre, acaban siendo decisivos. Que no sorprenda no quiere decir que no molesten, del mismo modo que los tropiezos levantinistas de las últimas dos semanas, han sido más que evitables. 

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