Y precisamente con este evento el líder de Vox logró cosechar el apoyo claro de muchos dirigentes europeos que gobiernan, ganaron las elecciones o son el segundo partido más votado en sus respectivos países. El de Abascal es en términos numéricos uno de los más débiles de Europa, al menos hasta el momento. En el núcleo duro del líder de Vox siempre repiten que esa tendencia -ahora mundial con total claridad- acabará llegando a España. Que es cuestión de tiempo .
El primer ministro húngaro no dudó en recordar a Abascal en su intervención que antes de llegar al Gobierno pasó muchos años en la oposición. Y que “sufrir” es el único camino, augurando que dentro de poco tiempo llegará su turno. Uno a uno, el italiano Matteo Salvini (líder de Lega y que forma parte del Gobierno de Meloni), Le Pen, el holandés Geert Wilders o el portugués André Ventura, fueron defendiendo los postulados de la ultraderecha contra las políticas verdes, en defensa de las fronteras europeas -“y contra la inmigración islamista, que es un pacto de invasión programada” en palabras de Le Pen- y de los valores ideológicos que también está imponiendo ya Trump como la existencia solo de dos géneros.
El otro elemento común fue cargar contra “los burócratas de Bruselas” y su agenda “de imposición” , dejando claro que el proyecto europeo en el que Patriots cree solo pasa por la unión de naciones que deben ser soberanas en todas sus decisiones, eliminar la regulación europea y acabar con lo que consideran “una dictadura global” propia de organismos como la OMS, la ONU, la Corte Penal Internacional, a la que acusaron de igualar a terroristas con “naciones democráticas” como Israel.
Tras emular de forma constante a Trump y defender a Benjamin Netanyahu , Abascal también lanzó un guiño a Alternativa para Alemania deseándole la victoria electoral el próximo día 23. Feijóo, en cambio, concentra sus esfuerzos en que la CDU sea la ganadora indiscutible de las elecciones y exhibir una alianza fuerte entre el PP español y el alemán.
El público de Vox se deshizo en aplausos cuando el dirigente ultra portugués afirmó que “Feijóo es lo mismo que Sánchez”. Abascal quiso recoger el guante y equiparó al presidente del Gobierno y al líder de la oposición en la semana en la que el líder del PP recalcó que en España solo hay dos posibilidades: que gobierne el PP o que vuelva a hacerlo el PSOE de la mano de todos sus socios.