Dice la ministra de Sanidad, Mónica García, que Muface es un sistema «anacrónico e ineficiente«. Y el titular de Función Pública, Óscar López, que cuando venza el concierto para los próximos tres años, todavía no resuelto, será el momento de reflexionar sobre un modelo que, ha admitido, no es perfecto. En la enésima semana crucial para la Mutualidad -el Gobierno ya ha publicado los pliegos modificados que han de regir la segunda licitación y las aseguradoras tienen de plazo hasta el 4 de marzo para presentar sus ofertas- Eliseo Moreno, que conoce Muface hasta las entrañas, porque fue secretario de Acción Sindical y consejero del Consejo General en representación de CSIF (de 2005 hasta 2020), recorre la historia de una mutualidad que, este año, celebra medio siglo de vida. Y que, repasa, atravesó distintas crisis en distintos momentos, marcadas siempre por la infrafinanciación.
Desde Zaragoza, donde vive, y ya jubilado, Eliseo Moreno, 73 años, que fue también presidente del Sector Nacional de Enseñanza de CSIF, echa la vista atrás. Asiste con enorme inquietud a lo que está sucediendo. «Cuando yo empecé a trabajar, en el año 63, no había Muface. Los funcionarios no teníamos nada«, comienza diciendo.
En la historia oficial de Muface se cuenta como precisamente ese año 1963 se produjo el hito en la protección social en España con la promulgación de la Ley de Bases de la Seguridad Social, que establecía que, entre los regímenes especiales que se permitían entonces, se incluyera el de funcionarios. Eso sí, la norma diferenciaba entre funcionarios civiles del Estado, de Justicia, militares, de Administración Institucional y de Administración Local. Eliseo, antes de la existencia de Muface, era de la mutualidad de maestros de Primaria.
Derechos pasivos
Después, todos fueron ratificados en su condición de pertenecientes a derechos pasivos, quedando los de ámbito local y los de otras instituciones fuera del sistema. A principios de los años 70 del siglo pasado surgió la necesidad de aglutinar la acción mutual «dispersa, fragmentada y desigual, existente en ese momento, para adecuarla a los principios de universalidad y homogeneidad de la Seguridad Social, teniendo en cuenta el precedente de la MUNPAL (1960), en la que una sola mutualidad englobaba a todos los trabajadores de todos los entes municipales», explica Muface en su recorrido.
Le siguieron dos nuevas normas: la Ley 28/1975, de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, creadora del ISFAS, la 29/1975 de Seguridad Social de los Funcionarios Civiles del Estado, creadora de Muface, y posteriormente el Real Decreto 16/1978 creador de MUGEJU, del personal de la judicatura. Es decir, Muface nació un 1975, año clave en la historia de España. Al siguiente, el Decreto 843/1976, de 18 de marzo, venía a establecer el Reglamento General del Mutualismo Administrativo.
Una sola mutualidad
La reforma adoptó como solución promover una Mutualidad única, lo que garantizaría el fin de las desigualdades, una cobertura a todos los funcionarios y una adecuación de las prestaciones a las establecidas en el Régimen General. Se preveía, entonces, que unos 300.000 funcionarios formarían parte de la nueva Mutualidad. Aunque ahora resulte difícil de imaginar, admite Muface en su web, el colectivo de empleados públicos no disponía en aquel momento de un sistema unificado de Seguridad Social, aparte de que el 90% del colectivo presentaba «una asistencia sanitaria deficiente, muy inferior a la del resto de los ciudadanos».
Funcionarios de toda España se concentran por el futuro de Muface. / EPE
Eliseo lo confirma. En aquel 63, los funcionarios no tenían ningún tipo de cobertura sanitaria, ni de medicamentos, «ni Seguridad Social, ni nada de nada. Únicamente teníamos una mutualidad que la pagábamos nosotros y asistencia sanitaria por lo privado. Privado, privado. Con las cuotas que pagábamos, porque éramos muchos, contactábamos con varias compañías –ASISA, por ejemplo, se creó en 1971– y teníamos asistencia, hospitalaria también, pero no teníamos cobertura de medicamentos. Con lo cual, cuando te daban la receta, pues tenías que pagar de tu bolsillo íntegro el 100% y nos salía muy caro con nuestros sueldos«.
«Una noticia fantástica»
Para los funcionarios, asegura, la creación de Muface supuso «primero, resolver un problema, una injusticia, porque durante toda la dictadura estuvimos marginados por el poder público. Y solo en el año 75 es cuando se dieron cuenta de la tremenda injusticia que se estaba cometiendo. Los funcionarios estaban abandonados a su suerte. Para nosotros, fue una noticia fantástica. Y todo el mundo lo agradeció mucho».
En ese 1975, cuando el Gobierno decide crear Muface para aglutinar todas las mutuas, los fondos de esas mutualidades pasan al organismo. «Fondos ingentes. Me refiero a propiedades inmobiliarias, muchas cosas. Lo que pasa es que todas las propiedades se las han comido los gobiernos con su mala gestión y su poca atención a las necesidades de la cobertura sanitaria y nos han llevado a la situación que estamos ahora», se queja Moreno.
Insiste en que para los funcionarios Muface «fue una salvación». Eso sí, durante este medio siglo de vida, el organismo que ahora depende de Función Pública ha pasado por diferentes fases, advierte el histórico sindicalista. «Así como el gobierno de la dictadura nos marginó, los gobiernos de la democracia no han sido muy ágiles en la atención a sus necesidades. Ha habido momentos complicados», añade. Se remite, por ejemplo, al inicio de la década de los 90 cuando la Mutualidad vivió un bache que resolvió con acierto, recuerda, el entonces ministro de Sanidad Julián García Vargas.
Empieza la crisis
Desde ahí, continúa, «tiramos hasta el 2010». Ese año, asegura, fue la primera gran crisis de Muface. Un informe de la Fundación IDIS de 2011, consultado por este diario y titulado ‘Aportación del modelo de mutualismo administrativo al mercado laboral sanitario español’, indicaba que en aquel 2010 el colectivo mutualista cubierto por asistencia sanitaria privada rondaba los dos millones de personas (más que los 1,5 millones de ahora), un 4,2% del total de la población española, atendidos por más de 43.000 profesionales sanitarios.
«La financiación sigue sin resolverse y con la actual no tiene futuro el modelo porque poco a poco las aseguradoras irán desapareciendo», auguraba Eliseo Moreno ya en 2011
Ya entonces, hace ahora quince años, se alertaba: «La desaparición del modelo supondría que el Régimen General de la Seguridad Social se incrementaría en varios millones de personas con el consiguiente riesgo de posible colapso del sistema general». El mismo mensaje que se lanza en estos momentos desde sindicatos, entidades de la sanidad privada o comunidades autónomas.

Eliseo Moreno, exconsejero de Muface. / Cedida
En aquel informe de IDIS, Eliseo Moreno señalaba: «La financiación sigue sin resolverse y, con la actual, no tiene futuro el modelo porque poco a poco las aseguradoras irán desapareciendo del concierto porque las pérdidas se harán cada vez más evidentes y serán las que las disuadan de participar. Es necesario, como se hizo en el 94, de un plan a varios años para que las aseguradoras puedan ver una perspectiva de futuro».
La atención sanitaria «irá perdiendo calidad progresivamente a medida que la financiación produzca pérdidas. Es previsible que esto anime a más número de mutualistas a elegir el Régimen General y se entrará en un circuito sin salida porque en cuanto llegue a un porcentaje determinado, será inviable la participación de las aseguradoras», vaticinaba en aquel documento el exconsejero de Muface por CSIF.
A Bruselas
Las denuncias de Moreno no quedaron ahí. Fueron años hablando de infrafinanciación. En 2014, explicaba que la ‘hucha’ de Muface estaba «prácticamente a cero» después de que, desde 2009, el presupuesto se hubiera visto mermado en 1.052 millones de euros. El organismo, se quejaba su sindicato, estaba en quiebra técnica por los recortes y el progresivo envejecimiento de los funcionarios, aunque Hacienda, de quien entonces dependía, aseguraba que la cobertura estaba «garantizada por el Estado».
En 2015, con el presidente de CSIF, Miguel Borra, Eliseo Moreno viajó a Bruselas (Bélgica) y se entrevistó con Annika Novak, miembro del Gabinete del entonces Comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, para presentar un informe y explicar con todo lujo de detalles la situación, ya mala en aquel momento, del modelo. «Bruselas le mandó una carta al gobierno español pidiendo explicaciones de por qué había habido quejas de la atención sanitaria de los funcionarios españoles», rememora el sindicalista.
No todo es culpa del Gobierno. Las compañías tampoco han estado en algunos momentos a la altura de su responsabilidad
Si se habla de la atención médica durante los últimos años, el exconsejero de Muface dice que como funcionario, se movió por distintos destinos, y las aseguradoras, «en algunos territorios estaban mejor que en otros. Cuando tú cambias de sitio, te informas. Yo, afortunadamente, hasta ahora no he tenido ningún problema grave de salud«, se congratula. Admite que los cuadros médicos «eran mejor. Se han reducido mucho. Se ha ido deteriorando bastante. No todo es culpa del Gobierno. Las compañías tampoco han estado en algunos momentos a la altura de las necesidades y de su responsabilidad» señala Moreno.
La ministra García
Nuevo salto a la actualidad. 2025. «Otro desastre», resume Moreno que arropará a sus compañeros de CSIF en la huelga prevista para este 13 de febrero. Lo achaca, una vez más, a «la falta de responsabilidad. Me recuerda a mí los tiempos cuando estábamos desatendidos. Esto no es exactamente igual, pero hay una desatención inexplicable«, abunda.

La ministra de Sanidad, Mónica García. / Ministerio de Sanidad
Eliseo Moreno se enfada cuando escucha los mensajes de la ministra de Sanidad, Mónica García. «Esto, a pesar de lo que parece, no es medicina privada. Sería medicina privada bajo condiciones públicas en todo caso. Porque las aseguradoras no ponen las condiciones de atención. Las condiciones las pone el Gobierno. Y por tanto no es medicina privada. Entonces yo le mando un recado a la señora ministra de Sanidad: está mal informada, que me llame y que se lo explicaré yo», señala el exconsejero de Muface.
«Y pongo un ejemplo para que se vea la diferencia. Yo, con más de 70 años, si voy a una compañía me dirán: ‘Usted, no entra’. O si entra tiene que pagar al mes 500 euros, por ejemplo. Sin embargo, a través de Muface voy a la compañía que está en el concierto y me tienen que coger sin preguntarme si estoy enfermo o sano», zanja.tag