Todos los coruñeses saben que la Torre de Hércules es el faro en funcionamiento más antiguo del mundo, pero las zonas verdes que lo rodean ocultan tesoros mucho menos conocidos. Pocos conocen que en punta Herminia hay dos petroglifos, o que la zona estuvo rodeada por trincheras contra los asaltantes que venían del mar. El plan de conservación del entorno de la Torre, que ha redactado la Xunta a partir de una propuesta municipal, reclama proteger este patrimonio cultural, y José María Bello Diéguez, exdirector del Museo Arqueológico de San Antón, explica a este diario la historia de los terrenos.

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