Cerca de 15 meses. Ese es el tiempo que llevan las acciones de Talgo en el ojo del huracán por la desinversión que quiere realizar su principal accionista, Pegaso Transportation —sociedad controlada entre el fondo Trilantic, la familia fundadora Oriol y el empresario Juan Abelló—. La ferroviaria ha cedido un 11,4% en bolsa desde el pasado 16 de noviembre de 2023, día que admitió el interés de la opa húngara de Magyar Vagon. En dinero, contante y sonante, esta caída supone 62 millones de euros de capitalización bursátil.
Antes de esta abrupta caída, el consorcio húngaro llegó a ofrecer hasta cinco euros por acción, 619 millones, en su intento por controlar la totalidad de las acciones de la compañía con sede en Las Rozas (Madrid). Sin embargo, el Gobierno relacionó a Magyar Vagon con el régimen ruso de Putin, motivo por el que vetó la opa alegando razones de seguridad nacional. Antes de todo esto, las acciones de Talgo tocaron máximos relativos en 4,78 euros, en febrero del pasado año. Desde entonces han cedido un 10,8%.
En esos nueve meses que pasaron entre el reconocimiento de la opa de Magyar Vagon hasta el rechazo por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez el 27 de agosto, la compañía checa Skoda lanzó una oferta parcial por Talgo, que fue rechazada por la compañía. Ante la falta de sustitutos para Trilantic en el accionariado, desde Moncloa se intentó impulsar una opa alternativa, sin éxito inicialmente, que se ha traducido en la última oferta de la empresa siderúrgica vasca Sidenor.
Precisamente, esta última, la compañía que lidera José Antonio Jainaga, ha lanzado esta misma semana una opa junto a las fundaciones BBK y Vital y el Instituto Vasco de Finanzas a 4,15 euros por acción por el 29,7% de Trilantic. La inversión, que cuenta con el respaldo del Gobierno vasco, podría llegar a 4,8 euros si Talgo cumple una serie de condiciones. Esto ha impulsado a Talgo en el parqué hasta los 3,88 euros, con una revalorización acumulada desde principios de año del 16%.
A esta oferta se sumaría también la de Pesa, el fabricante polaco controlado por Polish Development Fund (PFR), y la de la empresa india Jupiter Wagons, que están decididos a tomar el control de Talgo al 100%, respetando las condiciones impuestas por el Gobierno español. Este interés ha mantenido volátil a la acción en las últimas semanas, aunque por encima del precio que marca la media móvil de las 200 últimas jornadas bursátiles, un indicador alcista.
¿Qué opinan los analistas?
Los analistas de Bankinter recuerdan que la propuesta de Sidenor, única oferta encima de la mesa, es «no vinculante y parcial», solo destinada a comprar la participación de Trilantic. «Mantenemos la recomendación de venta. Nuestras hipótesis siguen siendo cautas ante el incremento del apalancamiento por la necesidad de inversiones y financiación de la cartera, la evolución de la sanción anunciada por Renfe; y un entorno de márgenes que sigue sin recuperar niveles de años anteriores», añaden.
Por su parte, desde el banco de inversión español Renta 4 valoran de forma positiva el plan vasco porque pondría fin «a más de un año de rumores sobre la salida de Trilantic del accionariado de Talgo». Sin embargo, ponen de manifiesto que «este potencial consorcio no solucionaría los problemas de capacidad (industrial) que tendría Talgo en el caso de ganar buena parte de los contratos que tienen en cartera». Con todo, su recomendación es de compra «con un precio objetivo de 4,8 euros por acción».
Por otro lado, el analista financiero Javier Cabrera subraya que la oferta de Sidenor «es razonable». «Es posible que Sidenor tenga que buscar otro socio industrial para solucionar completamente los problemas de capacidad de Talgo, por lo que es una traba más que se incluye en la operación y baja el múltiplo que se paga por la empresa. Además, parte de la oferta está condicionada a la consecución de objetivos, lo que nos parece razonable dada la situación de Talgo. Por otro lado, el carácter nacional en la oferta va a pesar mucho y pensamos que la probabilidad de que acabe en éxito es muy alta. Primero por el atractivo de la oferta, segundo por la necesidad de Talgo de poner fin a sus problemas de capacidad y tercero por el carácter nacional», arguye.