El pulso fue eléctrico, vibrante de principio a fin. El Córdoba Futsal necesitaba reencontrarse con la victoria y, frente a un rival directo como el Tudelano Ribera Navarra (4-3), se entregó en cuerpo y alma. Los de Emanuel Santoro dominaron el juego, llevaron el peso del partido y encontraron en Murilo, Kaué y sus porteros la chispa necesaria para mantenerse a flote. Tan solo un gol de Echavarría en el último suspiro pudo sacar el duelo del empate. Con el alma le tocó al colombiano sellar la victoria, en el que fue el último golpe lanzado por un Vista Alegre que vuelve a festejar un triunfo tras dos meses de espera.
Un pulso eléctrico
Con buen pie quería garantizarse este arranque del segundo tramo de Liga Emanuel Santoro, por lo que la apuesta de inicio, máxime ante un rival directo como los tudelanos, fue atrevida. Bajo palos, como de costumbre, el que saltó fue Fabio, escudado por Damián Mareco en labores de cierre. Por delante estuvo su compatriota Arnaldo Baéz, junto a Murilo Duarte para dar vuelo a las alas. Después, en busca del gol, apareció Kaué Pereira en punta. De las botas de Duarte, sin ir más lejos, surgió la primera ocasión de peligro: recogió el de Curitiba un balón filtrado en el perfil zurdo para buscar el gol con un latigazo cruzado, que se marchó ligeramente por alto.
El partido no tardó en encenderse. Tras un breve compás de espera, llegaron las primeras llegadas con peligro. Báez y Echavarría merodearon el gol en dos acciones consecutivas, pero fue Lahuerta quien inauguró el marcador. Un pase profundo de Sergio Sepe le permitió batir a Fabio con un disparo mordido. No fue el único aviso. Poco después, Terry Prestjord estuvo cerca de aprovechar una salida a medias de Víctor para ampliar la ventaja.
El Córdoba Futsal dominaba el juego, imponía el ritmo, pero le faltaba precisión en los metros finales. Murilo probó con un zapatazo de libre directo, mientras que Pereira rondó el empate con la puntera, aunque Raúl Jiménez respondió con reflejos felinos. El paulista parecía el más inspirado en ataque, así que no sorprendió que el empate llevase su firma. En una acción de pura intuición, tras un saque de banda bombeado de Mareco, el «25» elevó la pierna y, con un toque sutil en el aire, envió el balón a la red, poniendo el 1-1.
Lance del primer acto del Córdoba Futsal-Ribera Navarra en Vista Alegre. / VÍCTOR CASTRO
Parecía que el primer acto moría ahí, pero aún quedaban apuntes en el tintero. Terry estampó un remate en el larguero como preludio de lo que estaba por venir. Minutos después, Murilo culminó una gran jugada con un golazo a pase de Kaué, aunque la alegría duró poco. Joao Batista, aprovechando una desconexión defensiva, puso la réplica casi de inmediato para sellar el 2-2 antes del intermedio.
Un ejercicio de fe
El segundo acto comenzó con el mismo ritmo. Una falta de entendimiento de los de Cordón cerca estuvo de significar el tanto de Arnaldo Baéz, por partida doble. Primero, se le marchó rozando el palo el chut al uruguayo, para seguidamente quedarse a medio camino de un golazo de espuela, en el que no impactó bien. También comenzaba a coger peso en el partido Pablo del Moral, que no había logrado despuntar durante la puesta en escena.
Un par de chuts del cierre mostoleño -con mucha intención- fueron su sello en el arranque, ambos desbaratados por Jiménez. En el tercero de los intentos la tuvo más clara, pero la definición a ras de suelo se marchó por línea de fondo. Su compañero en ese intento de agitar el asunto volvió a ser Báez, autor de otro lanzamiento cruzado que a punto estuvo de sorprender a toda la zaga navarra.
El Tudela, que había arrancado adormilado, comenzó a recuperar terreno. Malaguti probó a Víctor en un par de ocasiones cuando el crono ya avanzaba hacia los diez minutos finales, mientras que Eric también se apuntó su intento. Pero el arquero cordobés se hizo gigante. Precisamente de una de sus estiradas nació una jugada clave: Kaué lanzó una transición rápida y, con un golpe de fortuna, su pase acabó estrellándose en el cuerpo de Pérez antes de convertirse en el 3-2. Para entonces, Areales y Fabio también habían asumido el mando en la trinchera.
Kaué Pererira, durante la segunda mitad del encuentro en Vista Alegre. / VÍCTOR CASTRO
Pero la alegría duró poco. Una mano de Kaué en el área lo cambió todo: Prestjord no perdonó desde los seis metros y devolvió las tablas a falta de dos minutos en Vista Alegre.
Santoro no estaba dispuesto a conformarse con el empate. Su respuesta fue valiente –o temeraria–: portero-jugador y todo al asalto final. El tiempo jugaba en contra, pero el plan era claro. Los blanquiverdes movieron al Tudela de un lado a otro, esperando su momento. Y llegó. Con los segundos contados, Echavarría emergió por el centro, enfundado en el peto de quinto hombre, pero también en la capa de héroe. Dos intentos, dos almas en la misma jugada y, sobre la bocina, el balón besó las redes de Jiménez. Córdoba estalló. Dos meses después, de nuevo una victoria.
Ficha técnica:
4 – Córdoba Patrimonio de la Humanidad: Fabio, Damián Mareco, Arnaldo Baéz, Murilo y Kaué -quinteto inicial-, Gui Santos, Lluc, Pablo del Moral, Juanan, Víctor, Mykytiuk, Echavarría, Álex Bernal y Titi.
3 – Tudelano Ribera Navarra: Raúl Jiménez, David, Joao Batista, Tripodi y Malaguti -quinteto inicial-, Dani Fernández, Eric Pérez, Mario Gómez, Sepe, Gabriel Vasques, Tapias, Lahuerta, Terry Prestjord y Cristian Rubio.
Goles: 0-1 (5’) Lahuerta. 1-1 (17’) Kaué. 2-1 (18’) Murilo Duarte. 2-2 (19’) Joao Batista. 3-2 (35’) Eric Pérez (pp). 3-3 (38’) Terry. 4-3 (39’) Felipe Echavarría.
Árbitros: Cidoncha Cortés y Salomé Vizuete, del colegio extremeño. Mostraron tarjeta amarilla a los locales Damián Mareco y Gui Santos, así como a al visitante Tripodi. Expulsaron al blanquiverde Kaué Pereira.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimosexta jornada de Liga en la Primera División de fútbol sala, disputado en el Palacio de Deportes Vista Alegre ante alrededor de 1.500 espectadores (Córdoba).
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