El ayuno intermitente probablemente ayuda a perder un poco más de peso que una dieta baja en calorías. Así lo indica el último estudio de Nutrimedia, el proyecto de la UPF y el Centro Cochrane Iberoamericano para evaluar la veracidad de los mensajes sobre alimentación y salud que se difunden en medios de comunicación y redes sociales. Esta evaluación concluye que hay evidencia científica de certeza moderada que respalda la práctica del ayuno intermitente para perder peso.
La evaluación destaca que se desconoce si el ayuno intermitente sigue teniendo efectos que ayuden a adelgazar más allá de los 12 meses, ni tampoco los posibles efectos perjudiciales de esta forma de alimentarse.
El ayuno intermitente es una forma de alimentarse que alterna periodos en los que se come con otros en los que no se ingiere ningún alimento, excepto infusiones o café. Lo importante en este tipo de alimentación no es lo que se come, sino a qué horas se come. Una de las formas más populares de ayuno intermitente es el método 16/8, en el que una persona pasa 16 horas sin comer y solo come durante las 8 horas restantes (por ejemplo, entre las 12 y las 20 horas). Esta forma de ayuno es fácil de seguir, porque solo implica saltarse el desayuno o la cena, no es necesario contar calorías y puede ayudar a perder peso.
La nueva evaluación de Nutrimedia ha revisado las pruebas científicas para analizar hasta qué punto es cierta la afirmación “el ayuno intermitente ayuda a perder peso” y ha concluido que este mensaje es probablemente cierto. La evaluación indica que hay evidencias de certeza moderada de que, en las personas con exceso de peso, el ayuno intermitente ayuda a perder a medio plazo un poco más de un kilo que con una simple dieta baja en calorías sin limitación horaria.
“La limitación de las horas del día durante las cuales se hacen las comidas parece potenciar ligeramente el efecto adelgazante de la simple reducción de las calorías en la dieta”, explica David Rigau, investigador del Centro Cochrane Iberoamericano y autor principal de la evaluación. “Cuando todas las comidas se realizan solo en las primeras horas del día, por ejemplo, entre las 7 y las 15 horas, los estudios muestran que el efecto adelgazante es aún ligeramente mayor que con otras formas de ayuno intermitente”.
Dudas a largo plazo
Se desconoce si el leve efecto adelgazante del ayuno intermitente se mantiene a largo plazo, así como los posibles efectos perjudiciales de esta forma de alimentarse.
La evidencia científica analizada incluye numerosos ensayos clínicos (el tipo de estudios que ofrece resultados con más grado de certeza), que han analizado los efectos sobre el peso de varias modalidades de ayuno intermitente en comparación con una dieta baja en calorías sin restricción horaria. El seguimiento de los participantes en estos estudios oscila entre las 4 semanas y los 12 meses, por lo que no se sabe si el leve efecto adelgazante del ayuno intermitente se mantiene a largo plazo. Asimismo, falta información sobre los posibles efectos perjudiciales de esta forma de alimentarse.
Aún no se sabe si el ayuno intermitente puede tener algún efecto beneficioso sobre diversas enfermedades cardiovasculares.
El ayuno intermitente ha ganado popularidad en los últimos años, principalmente como un método para perder peso. Pero también por sus posibles beneficios sobre la salud cardiovascular y metabólica (control del azúcar y el colesterol en la sangre), y para promover el bienestar general (mayor longevidad, reducción de la inflamación), aunque estos posibles efectos prácticamente no han sido estudiados o se han estudiado mucho menos que la pérdida de peso.
En 2018, Nutrimedia ya analizó el mensaje “el ayuno intermitente es beneficioso para la salud”, concluyendo que era incierto, ya que no había pruebas científicas que justificaran su práctica con el objetivo de mejorar la salud. Posteriormente, en 2022, analizó el mensaje “el ayuno intermitente es beneficioso para la salud cardiovascular” y concluyó también que era incierto, debido a la falta de evidencias sobre esta cuestión.
«Las cuatro revisiones sistemáticas de ensayos clínicos analizadas en la nueva evaluación indican que aún se desconoce si las diferentes modalidades de ayuno intermitente tienen algún efecto beneficioso sobre el infarto de miocardio, el ictus y otros eventos cardiovasculares», señala Rigau.