Un funcionario de alto rango estadounidense visitó Beirut el viernes y alertó sobre la posible inclusión de Hezbolá en el nuevo gobierno del Líbano. Según la declaración, el grupo respaldado por Irán sufrió una derrota en su enfrentamiento con Israel.

En septiembre, Israel lanzó una ofensiva contra Hezbolá después de un año de ataques transfronterizos. Esta ofensiva destruyó gran parte de la estructura del grupo y debilitó sus fuerzas. Como resultado, el parlamento libanés eligió a Joseph Aoun como presidente y aprobó a Nawaf Salam como primer ministro tras un largo período de bloqueo político.

Personas ondeando banderas de Hezbolá protestan cerca del aeropuerto internacional de Beirut tras la visita de la enviada especial adjunta de Estados Unidos para Oriente Medio, Morgan Ortagus, durante la cual se reunió con el presidente del país, el 7 de febrero de 2025 (IBRAHIM AMRO / AFP)

Morgan Ortagus, enviado especial de Estados Unidos para Oriente Medio, visitó el Líbano en medio de los esfuerzos de Salam por formar un gobierno mientras lidia con la presión de Hezbolá y sus aliados. Tras reunirse con el presidente Aoun, Ortagus destacó que Estados Unidos ha fijado “líneas rojas claras”: Hezbolá no podrá formar parte del gobierno ni atemorizar al pueblo libanés.

Ortagus declaró que la derrota de Hezbolá por parte de Israel representa “el fin del régimen de terror” del grupo, tanto en el Líbano como a nivel global, y agradeció a Israel por su papel en esta derrota.

A pesar de estas declaraciones, Aoun se distanció de algunos comentarios de Ortagus, aclarando que ciertos puntos expresados por el enviado estadounidense reflejan únicamente su opinión personal y no la postura oficial de la presidencia.

Soldados del ejército libanés limpian los escombros en la aldea de al-Taybeh, en el sur del Líbano, cerca de la frontera con Israel, el 4 de febrero de 2025. (Rabih DAHER / AFP)

La ofensiva israelí diezmó la cúpula de Hezbolá, incluidas las fuerzas dirigidas por Hassan Nasrallah, quien encabezó el grupo durante más de tres décadas. Además, la caída de Bashar al-Assad, aliado de Hezbolá, afectó aún más las líneas de suministro del grupo.

Ortagus, que realiza su primera visita oficial al extranjero tras ser nombrada por el presidente Donald Trump, también expresó su esperanza de que el próximo gobierno libanés implemente reformas para poner fin a la corrupción, reducir la influencia de Hezbolá y promover un país más fuerte.

Desde la crisis financiera de 2019, la comunidad internacional ha demandado reformas urgentes para desbloquear miles de millones de dólares en ayuda. Salam, quien fue nombrado primer ministro, declaró que su gobierno excluiría a todos los miembros de los partidos políticos y a aquellos que busquen postularse en las elecciones parlamentarias, dado el creciente rechazo hacia los partidos tradicionales debido a su vínculo con la corrupción.

Salam también aseguró que no permitirá que nadie en su gobierno obstruya su trabajo. El sistema político libanés, basado en cuotas sectarias, ha sido utilizado en ocasiones para bloquear el progreso, lo que dejó al Líbano sin presidente durante más de dos años hasta la elección de Aoun.

Soldados israelíes en la valla fronteriza con Líbano, en el norte de Israel, el 2 de febrero de 2025. (Ayal Margolin/Flash90)

En su discurso, Salam destacó la importancia de las reformas y de la reconstrucción del Estado, así como la necesidad de cumplir con la resolución de la ONU que exige la retirada de Israel del sur del Líbano y el despliegue exclusivo del ejército libanés y las fuerzas de paz de la ONU en esa zona.

Después de la reunión con Ortagus, Aoun mencionó que las consultas para formar un nuevo gobierno están por concluir, al tiempo que reiteró su solicitud para que Israel se retire del sur del Líbano. Añadió que el ejército libanés está listo para ocupar las zonas que dejen vacías las fuerzas israelíes, siempre que se respete el acuerdo de retirada.

En noviembre, un alto al fuego entre Israel y Líbano puso fin a más de un año de enfrentamientos, que incluyeron dos meses de guerra abierta. Según el acuerdo, las fuerzas israelíes se retirarían durante 60 días, mientras que el ejército libanés, junto con las fuerzas de paz de la ONU, tomarían control del sur.

Sin embargo, tras acusaciones de violaciones, la retirada israelí se ha prorrogado hasta el 18 de febrero, aunque las tropas israelíes aún permanecen en algunas áreas. Ortagus subrayó el firme compromiso de Washington con la nueva fecha de retirada.

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