La Comisión Europea (CE) ha dejado claro que el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) para proteger a industrias como la del acero no se pospondrá como reclamaba el PP Europeo. Sin embargo, la Comisión sí prevé eximir de este impuesto fronterizo a más del 80% de las empresas importadoras que estaban afectadas.
Bruselas ultima una reforma del CBAM y el comisario de Clima, Cero Emisiones y Crecimiento Limpio, el holandés Wopke Hoekstra, adelantó las principales líneas en una entrevista concedida al periódico de información económica «Financial Times». Hoekstra, que también es el comisario responsable de Fiscalidad, señaló que quiere restringir el CBAM a los mayores importadores y ahorrarle a la mayoría de las empresas los costes de cumplimiento y los cargos como parte del esfuerzo por reducir la burocracia.
«Menos del 20% de las empresas incluidas en el mecanismo son responsables de más del 95% de las emisiones de los productos», señaló Hoekstra, que añadió que eximir al 80% de las empresas restantes no afectaría a los objetivos climáticos «pero es una forma de facilitarle la vida a una amplia gama de empresas en todo el continente». La medida libraría del cumplimiento a hasta 180.000 de las 200.000 empresas importadoras afectadas.
«Evitamos el retraso en la implementación del “arancel ambiental” que proponía el PP y ahora quieren excluir a buena parte de los importadores de su pago. Y la ampliación de los sectores cubiertos e incentivos a la exportación, para más adelante. Así no», escribió molesto en la red X el eurodiputado asturiano Jonás Fernández, del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas y defensor de la aplicación del CBAM como medida para garantizar en Europa el mantenimiento de la actividad y el empleo de sectores como el de la siderurgia, del que dependen 5.000 empleos directos en Asturias. El presidente del Principado, Adrián Barbón, lleva años reclamando la implementación de este mecanismo que, con mejoras, también defiende la patronal europea de las empresas siderúrgicas, Eurofer, a la que pertenece ArcelorMittal.
Wopke Hoekstra apuntó que empresas europeas se han quejado del complicado y costoso proceso de cumplimentación de los formularios durante una prueba del CBAM. Este mecanismo obliga a los importadores de siete sectores (acero, aluminio, hierro, cemento, fertilizantes, hidrógeno y la electricidad) a informar sobre el contenido de carbono de sus productos. Y a partir del próximo año deberán pagar la diferencia entre el precio de emisión de carbono en la UE y en el país en el que se fabricó el producto, un cálculo que no es sencillo porque pocos países tienen esquemas de comercio de emisiones del CO2 al estilo de la UE. Socios comerciales como Estados Unidos o la India han criticado este sistema que es pionero en el mundo.
El comisario de Clima, Cero Emisiones y Crecimiento Limpio y responsable de Fiscalidad espera incluir la reforma del CBAM dentro de una gigantesca ley «ómnibus» de simplificación de trámites burocráticos prevista para este mes. Deberá ser aprobada por la mayoría de los estados miembros y el Parlamento Europeo.
La Comisión Europea se ha comprometido a reducir la burocracia en un 25% (y en un 35% para las pequeñas y medianas empresas) para impulsar el crecimiento económico y la inversión y cerrar la creciente brecha con Estados Unidos y China. Ese empeño de simplificación afectará al CBAM. Wopke Hoekstra señaló que también se avaluará la extensión de ese mecanismo de ajuste en frontera por carbono a otros sectores como el vidrio, la cerámica, la pulpa, el papel y los productos químicos a granel, la mayoría de ellos con peso en la industria asturiana al igual que los sectores que ya están incluidos en el listado del CBAM.