Hasta hace unas semanas, Karla Sofía Gascón representaba, en cierta manera, el cuento de hadas que cualquier heroína querría protagonizar. Primero, por ser una actriz que, a pesar de su experiencia, es descubierta por Jacques Audiard, director de cine prestigioso, que la catapulta a un éxito clamoroso e internacional. Segundo, porque el sueño lo encarna alguien de nacionalidad española que no es Penélope Cruz y, tercero, porque estos hitos los ha logrado una intérprete trans. A priori, se podría presuponer que, como cualquier persona que integra un grupo minoritario, el éxito le ha costado un poco más. The end.

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