Cuenta Javier Macipe (Zaragoza, 1987) que él tomó la decisión de estudiar cine después de escuchar la canción ‘Apuesta por el rock and roll‘, del grupo Más Birras, en un bar de su ciudad. «Suena peliculero, pero es la verdad. Es una canción que habla de la apuesta por la vocación, de que uno tiene que seguir el camino del corazón aunque eso le obligue a renunciar a muchas cosas». El líder de Más Birras era un zaragozano con tupé llamado Mauricio Aznar (1964-2000) que apostó por el rock and roll y perdió y que, siguiendo el camino del corazón (y de Atahualpa Yupanqui), viajó hasta el noroeste de Argentina, apostó por la música folclórica y volvió a perder. Sobre el relato de ese periplo, Macipe construyó su primer largometraje, ‘La estrella azul’, que el sábado llega a la gala de los premios Goya en Granada con ocho nominaciones, incluida una en la categoría reina de mejor película.
«Para nosotros, el premio ya es haber llegado hasta aquí -asegura Macipe-. Tener ocho nominaciones con una película que se estrenó en febrero del año anterior y que es una ópera prima con un presupuesto mucho menor que el resto de películas es todo un triunfo. Y por eso vamos a los Goya a celebrar, con alegría. Esta es una película que la gente que la ha hecho siente muy suya; tanto es así, que van a ir casi 100 personas a Granada, aunque no todas puedan entrar, solo para estar cerca. Hemos liado una caravana de ‘La estrella azul’ y va a ser como una boda. Perder no podemos perder. Y luego ya veremos. Yo creo que alguna estatuilla caerá».
Mejor película, mejor dirección novel, mejor actor revelación (por partida doble), mejor actriz revelación, mejor guion original, mejor montaje y mejor sonido. Esos son los apartados en los que ‘La estrella azul’ opta a premio. Macipe confiesa que, mejor película aparte, le haría una ilusión especial que Pepe Lorente, que en el filme encarna a Mauricio Aznar, convirtiera en galardón su candidatura como actor revelación. «Sería un premio de mucha justicia, porque es increíble el trabajo que ha hecho. Como nos pilló la pandemia de por medio, el rodaje se fue aplazando durante tres años y él estuvo con nosotros desde el primer día hasta el último, diciendo que no a otros proyectos».
Aprender a tocar
Además de tener que dar la medida como actor y resultar creíble en el papel de Mauricio Aznar, Lorente se enfrentó al reto de convertirse en un músico convincente. «Yo tenía muy claro que él iba a tocar y cantar en directo en las tomas, sin trucos -relata el director-. Pero la música no se aprende en dos días, es algo que requiere muchísimas horas. Pepe podía tontear un poquito con la guitarra, pero no sabía hacer el Fa con cejilla, para que te hagas una idea. Se preparó para el cásting y allí por primera vez tocó una canción entera, ese era su nivel. Pero en la película se tenía que medir de tú a tú con algunos de los mejores músicos de Argentina sin parecer patoso. Y lo sacó adelante».
El actor cumplió el encargo de una manera brillante, pero no sin antes vivir algunos momentos de tensión con Macipe. «Yo quería que aprendiera 40 canciones y Pepe quería trabajar solo las dos que aparecen en la película. Yo entendía que si no sabía tocar 40, esa falta de ‘background’ se acabaría notando en la interpretación, y me puse fime con eso». Para que Lorente no pensara que todo ese esfuerzo iba a acabar en la basura, a Macipe, que también es músico, se le ocurrió montar una banda y organizar un concierto en el que poder enseñar todas esas canciones que forman parte de la película aunque no suenen en ella. Así nació La Estrella Azul Live.
La estela de Mauricio
«El primer concierto fue muy bien, llenamos una sala muy mítica de Zaragoza, y empezaron a llamarnos de otros pueblos, de otras ciudades, de festivales…». Desde el estreno de la película, La Estrella Azul Live ha protagonizado 35 actuaciones, con un repertorio en el que las canciones de Más Birras se mezclan con las chacareras, las vidalas y los carnavalitos que Mauricio Aznar se trajo de su estancia en Santiago del Estero. «También tenemos una versión en formato de dúo acústico, solo Pepe y yo, y ahí el repertorio sí es puramente folclore -apunta Macipe-. Eso nos da la posibilidad de contar cosas que se han quedado fuera de la película y de seguir la estela de lo que Mauricio quería hacer, que era dar a conocer la música que él había encontrado en Argentina».
El grupo actuará en Granada el viernes, en vísperas de los Goya, y tiene conciertos programados hasta finales de año. «La cosa se nos ha ido un poco de las manos -afirma el director entre risas-. Lo que nos hemos planteado es que a principios del año próximo, que hará ya dos años del estreno, le pondremos punto final, porque tenemos que seguir con nuestras carreras cinematográficas y la banda nos demanda mucho».
Macipe admite que necesita alejarse un poco de todo el fenómeno que ha supuesto ‘La estrella azul’ para poder planear sus próximos pasos. «En cierto sentido, me siento como Mauricio cuando empieza la película, con mucho ruido alrededor, porque todas estas galas de premios te hacen ver cosas que no te gustan nada y con las que no te identificas en absoluto. Me preocupa que todo esto me pueda afectar, que le coja el gusto al lugar en el que me ha situado esta película y eso me haga pensar el siguiente proyecto en términos de comercialidad, de exposición mediática. No quiero eso, y por eso necesito un tiempo de desconexión. Como decía Atahualpa Yupanqui, hace falta paisaje, silencio y soledad para empezar a crear».