Las jugadoras Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina cierran este jueves la primera semana del juicio al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso que dio a Jenni Hermoso tras la final del Mundial de 2023 y que ella ha denunciado que no consintió.
Las tres previsiblemente ratificarán la versión que aportaron durante la fase de investigación del caso en la Audiencia Nacional, que respaldaba el relato de Hermoso sobre la falta de consentimiento y las presiones que sufrió para restarle importancia, como hizo este miércoles la guardameta del Real Madrid Misa Rodríguez.
Putellas, que iba detrás de Jenni Hermoso durante el saludo a las autoridades, momento en el que Luis Rubiales besó a la jugadora, declarará por videoconferencia desde Barcelona, como también hará su compañera en el equipo blaugrana, Irene Paredes.
Tras ellas, será el turno de la jugadora del Arsenal Laia Codina, y después está prevista la comparecencia de una amiga de Jenni Hermoso que acompañó a las jugadoras que disfrutaron de un viaje a Ibiza tras la victoria del Mundial y que la Fiscalía cree que fue presionada para que convenciese a la jugadora para minimizar el beso.
El último en declarar será el exresponsable de cumplimiento normativo de la Federación Francisco Javier Puyol, a quien es previsible que se pregunte por el informe elaborado por el comité de Integridad de la RFEF días después de lo ocurrido, que se cerró sin consecuencias para Rubiales y que está siendo objeto de diversas versiones en el juicio.
Serán los últimos testimonios de la primera semana del juicio que sienta en el banquillo a Luis Rubiales -que se enfrenta a una petición de dos años y medio de cárcel- y a otros tres acusados, para los que la Fiscalía pide año y medio: el exdirector de la Selección masculina Albert Luque; el exseleccionador de la femenina Jorge Vilda, y el exjefe de markéting de la RFEF Rubén Rivera.
Con ellos, habrán sido 18 los testigos, incluida la propia jugadora, que habrán relatado cómo vivieron aquel episodio que dio la vuelta al mundo y acabó con la salida de Rubiales de la RFEF tras cinco años al frente, y de los días posteriores, donde la Fiscalía sostiene que fueron frecuentes las presiones a Jenni Hermoso y a su familia para que dijese que el beso fue consentido.
La semana que viene, tras escuchar a más testigos, como la entrenadora de la Selección femenina, Montse Tomé, previsiblemente el miércoles será el turno de los acusados, a quienes el magistrado ha permitido declarar al final del juicio.