Los 120.000 venezolanos con derecho a voto tenían debilidad por Donald Trump. Entre los latinos eran de los más entusiastas junto a los cubanos afincados en Miami. Los conocen como los MAGAzolanos. En el exterior también confiaban en que, una vez que el magnate llegara a la Casa Blanca, los días de Nicolás Maduro estuvieran contados. Sin embargo, Trump ha suprimido la protección temporal a parte de los venezolanos, ha cortado el grifo de USAID y ha negociado con Maduro la liberación de rehenes estadounidenses y la prórroga de seis meses a Chevron para operar en Venezuela.

Inmigración y petróleo, más que la democracia, son los ejes de la política de Trump. En su política de nombramientos despertó esperanza que eligiera a Marco Rubio como secretario de Estado. Rubio, de familia de origen cubano, habla español y conoce muy bien lo que pasa en Venezuela.

No ha sido Rubio quien se entrevistó el último día de enero con Nicolás Maduro en Caracas, sino el enviado para misiones especiales, Richard Grenell, ex embajador en Alemania. De hecho, Marco Rubio salió a decir que esta visita no implicaba el reconocimiento de Maduro. Pero, ¿con quién trató entonces Grenell la liberación de los seis estadounidenses encarcelados?

Richard Grenell se llevó a los estadounidenses de vuelta a casa y la petrolera estadounidense Chevron vio renovada su licencia para operar en Venezuela durante seis meses. También habría conseguido que Maduro aceptara a los deportados desde EEUU.

En una entrevista Grenell ha dicho que EEUU lo que dio a cambio de los presos encarcelados por Maduro es la oportunidad de que el régimen haga propaganda con el encuentro, pero nada más. «Le dije que queremos una relación diferente. Vamos a poner América primero y voy a llevarme a los estadounidenses. Sé que es controvertido que un diplomático estadounidense se siente con Maduro, pero necesitamos hablar, porque hablar es una táctica», indica Grenell, que niega que se haya pagado nada a Maduro.

La Real Politik de Trump

«Trump envía mensajes en ambas direcciones. Los nombramientos oficiales como el de Marco Rubio o Mark Waltz, consejero de seguridad, que son de la línea dura. Waltz es promotor de la Ley Bolívar, muy dura con el régimen. A la vez hemos visto la visita de Grenell que ha sentado muy mal porque supone el reconocimiento de Maduro como mandatario, aunque digan que es ilegítimo. Es una señal que contradice las designaciones. Trump es un negociador y asume la Real Politik«, explica Carmen Beatriz Fernández, consultora y experta en marketing político.

Al presidente de EEUU le interesa llegar a acuerdos para que los países de donde proceden los migrantes los acepten de vuelta. En el caso de Venezuela está por ver qué pasará porque la suspensión del Estatus de Protección Temporal afecta a los 300.000 beneficiados en 2023.

Sin embargo, del millón de venezolanos que se calcula que hay en Estados Unidos, hay unos 600.000 legales. Paradójicamente, la Administración Trump está tomando medias contra parte de los legales, que sí están registrados. En el condado de Miami-Dade, donde viven gran parte de estos venezolanos, una comisión bipartidista ha pedido al presidente que dé marcha atrás sobre esta medida.

Ha sido un grave error que muchos venezolanos, incluidos muchos dirigentes, hayan depositado sus expectativas de cambio en las manos de Trump

A juicio de Ysrrael Camero, representante de Un Nuevo Tiempo de Venezuela en España, «ha sido un grave error que muchos venezolanos, incluyendo algunos dirigentes, hayan depositado sus expectativas de cambio en las manos de Donald Trump. Hay varios elementos preocupantes. Al eliminar el Estatuto de Protección Temporal, Trump se burla del lobby cubano y venezolano de Miami, imponiendo su voluntad. En esa misma línea va la visita de Grenell a Maduro. Los elogios al gobierno venezolano por aceptar a los deportados ha sido el gesto más reciente de Trump».

El cierre del grifo de la USAID

Además, la oposición venezolana resulta damnificada por otra medida de Donald Trump, la congelación de los fondos de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional, conocida por sus siglas en inglés USAID. Creada en 1961 por John F. Kennedy, distribuía ayuda para combatir la pobreza, fomentar la educación, y también promover la democracia.

El régimen de Maduro lo ha celebrado porque siempre ha sostenido que servía para financiar a los opositores. Lo cierto es que la oposición a Maduro nunca ha sido trasparente con sus fondos ni ha tenido un auditor externo que hiciera públicos sus ingresos.

Venezuela no es la principal receptora de los fondos de la USAID, pero la cuantía ha ido aumentando sustancialmente en la última década. Pasó de aportar ocho millones de dólares a los programas en Venezuela a 211 millones. Es decir, se multiplicó por 26 la cuantía, destinada a ayuda humanitaria y promoción de la democracia, según informes divulgados por el gobierno de EEUU. «El desmantelamiento de la USAID afectará a muchos programas de cooperación con organizaciones independientes venezolanas. Es otro golpe bajo», señala Ysrrael Camero.

«Hasta este momento pensaba que la presencia de Marco Rubio en la secretaría de Estado sería determinante en darle continuidad a la política de máxima presión ejecutada por Trump en su anterior gobierno. Aún creo que durante los años de 2025 y 2026 la política de línea dura será dominante. Lo que cambiaría tras los resultados de las elecciones de medio mandato», indica Camero. «Pero las señales que estas acciones mandan es que está dispuesto a negociar con Maduro, y de facto reconocerle, en los términos que le interesan a Trump: migración y petróleo. No existe un compromiso de Trump con la democracia, ni dentro de su país ni fuera de él, mucho menos en América Latina», añade el opositor.

La esperanza para los MAGAzolanos es que en el caso venezolano la Administración Trump sí ha intentado hacer «un control de daños», como apunta Carmen Beatriz Fernández, que lo explica por el apoyo masivo que recibió Trump en las elecciones por parte de estos nacionales. «En general estamos en modo pánico pero hay que esperar porque la pulsión al caos es deliberada por parte de Trump. Hay que esperar para saber lo que pasa».



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