Así se fabricaron dieciocho millones de botellas de vino a partir de cenizas de biomasa entre Burgos, Asturias y Álava

El vino nace de las uvas, es decir, de la tierra. Eso lo sabe el ser humano desde el Neolítico, época de la que datan los primeros indicios arqueológicos de su elaboración, en los montes Zagros, la cadena de cumbres que actualmente se extiende a lo largo de Irak e Irán. Los materiales del vidrio con el que se embotella la popular bebida también proceden de la naturaleza. Y las crecientes tendencias de economía circular –en la que las empresas reutilizan los materiales usados en un proceso industrial– permiten que las botellas sean aún más naturales. Ejemplo de esto último es un reciente proyecto piloto realizado al alimón por Acciona y la empresa vasca de envases de vidrio Vidrala. El resultado: 18,3 millones de botellas.

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