El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales, que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por el beso no consentido que propinó a la futbolista Jennifer Hermoso tras la final del Mundial 2023, ha pedido al juez que sus hijas no declaren como testigos, tal y como solicitó en un principio. La Fiscalía pide una pena de dos años y seis meses de cárcel por un delito de agresión sexual y otro de coacciones.

El magistrado José Manuel Fernández-Prieto ha aceptado su petición, por lo que no tendrán que acudir a la sede de la Audiencia en San Fernando de Henares. El lunes, en el primer día del juicio, las hijas de Rubiales fueron mencionadas durante la declaración de Hermoso, concretamente cuando la abogada del expresidente le preguntó a la futbolista si era cierto que una de ellas se había acercado a ella en el avión, durante el viaje de regreso a España, para pedirle que le firmara una bandera. Respondió que no se acordaba.

Asimismo, la deportista también relató que, cuando estaban haciendo escala en Doha (Catar) mientras regresaban del Mundial, uno de los argumentos que esgrimió Rubiales para tratar de que hiciera un vídeo restándole importancia al beso fue, precisamente, sus hijas, que aseguró que estaban muy afectadas por lo que estaba ocurriendo.

Este miércoles se celebra la tercera sesión del juicio. Comparecen Chema Timón, exjefe de gabinete de Rubiales, Rafa del Amo, presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino, Rafa Hermoso, hermano de la futbolista, Vitoriano Martín, amigo de la deportista y Misa Rodríguez, jugadora del Real Madrid y la Selección.

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