Guillermo nació con síndrome de Down y, con tan solo tres meses, su madre Lorena le apuntó a terapia acuática. Desde aquel momento, Guillermo no salió de la piscina y ahora es un nadador de élite.
Con 15 años se convirtió en campeón mundial de su categoría y, a día de hoy, con 21, se ha hecho con 50 medallas. «El Rey me preguntó cuántos récords tenía y le dije que he perdido la cuenta», confiesa, entre risas.
El próximo objetivo de Guillermo es competir en los Juegos Paralímpicos, que, por ahora, no admiten la categoría de síndrome de Down. «La categoría no está reconocida», señala.
La perseverancia de Guillermo le ha llevado a entrenar dos horas diarias, por la mañana y por la tarde. Es gracias a los entrenamientos diarios que ha conseguido batir récords inimaginables.
«Mi capacidad es mucho mayor que mi discapacidad» es el lema de Guillermo. Su constancia y su fuerza han hecho que su madre esté muy orgullosa de él y siente que verle crecer es un privilegio. ¡No te pierdas su entrevista en el video!